Estando proximo, el derribo de la casa de los Masaiqueros, al final de la Calle Otal, junto al puente, es un buen momento para rescatar algunos recuerdos de este emblematico edificio de nuestra localidad.
Los primeros testimonios de este inmueble se remontan al año 1891, donde existia una fabrica de hilados de seda, propiedad de José Monzón, que se llamaba " Mercadal y Compañia ", y que exportaba telares a Francia y Italia, donde habia una maquina de vapor de 16 caballos. Estas instalaciones permanecieron al menos hasta el año 1928, donde trabajaban un amplio numero de empleadas, como podemos ver en la fotografia superior, de hace casi cien años. En las habitaciones superiores, se encontraban las instalaciones de los gusanos de seda, que se alimentaban con las hojas de morera.
En alguna época, en una de las viviendas existio una compañia de seguros, pues todavia se conserva en la fachada , una placa con el nombre de la referida compañia.
Otro recuerdo de este inmueble, es que hasta principios del siglo XX, existia una gran bardera junto al rio Martin, para proteger de las riadas el inmueble y la huerta de la finca, como podemos ver, en la fotografia inferior.
En los años 50 , en la planta baja existio la Taberna El Descanso , que regento José Valencia.
Para muchos de nosotros, en la década de los años, 60,70 y 80, nos trasladan a los recuerdos de los patos y las ocas, que tenian Casildo Moreno y su esposa la Srª Leo , que los soltaba al rio por la mañana desde su corral y los recogia al anochecer, que podemos ver en la primera fotografia . En esos tiempos era frecuente encontrar algun huevo de las ocas,entre los matorrales junto al rio.
En ese tiempo, en los bajos fueron los inicios de Mosaicos Moreno, y sus trabajos con el granito y hormigon , donde habia cuatro o cinco empleados. Años después se quedaron pequeñas las dependencias y se fueron a la Val del Carabinero, al lado de la Carretera Alcañiz.
El último recuerdo que tenemos es , la zapateria de José Insa, que durante unos años, permanecio abierta en los bajos junto a la Residencia San Valero.
Son unos recuerdos, que con su derribo previsto, seran secuencias imborrables de nuestro pasado .
Eshijar.
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