Cuando un mozo forastero se ponía a festejar con una moza de Hijar, la tradición consistía en que los quintos le pedían “ la manta “. Dicha manta era el pago o tributo que tenia que realizar por llevarse a la chica. Lo normal era pagar una botella de vino, unas cervezas o una botella de coñac. En algunos casos les daba el importe a los quintos y solucionado el problema, en otros, los menos, se hacia simpatico y se sentaba en el bar a beberla con ellos. Si el forastero era pudiente o fanfarrón les invitaba a una merienda.
Ahora bien el que no quería saber nada de esto, lo pasaba mal, ya que entre todos ( que eran muchos ) le hacían la vida imposible y a veces, tenían que intervenir las autoridades, ya que se originaban discusiones de cierta importancia. Esta tradición esta completamente desaparecida.
Eshijar

¡Afortunadamente desaparecida!
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