El documental de Guimerá sobre la imprenta de Híjar aspira a ser seleccionada en Málaga.
Libros: el legado de Alantansí, el largometraje documental de José Ángel Guimerá, se preestrenará el próximo 18 de enero (18.30 horas) en la sede de la Biblioteca Nacional de España, en un acto que contará con la presencia de su directora, la aragonesa vincualda a Beceite Ana Santos y el propio director turolense.
El documental habla sobre Elizer ben Abraham Alantansí, que en 1482 instaló en Híjar la primera imprenta que existió en Aragón, desde la que salieron algunos libros de enorme importancia que hoy en día se custodian en centros por todo el mundo, desde Jerusalén a Nueva York pasando por Reino Unido.
La de la Biblioteca Nacional de España será una premier con el que el ambicioso proyecto, que ha contado con financiación del FITE, de Aragón TV y de varios ayuntamientos e instituciones, así como de un nutrido equipo técnico y artístico fundamentalmente aragonés y turolense, se dará a conocer antes de empezar a distribuirse a través de plataformas, salas comerciales y festivales. “Donde más interés está generando es fuera de España”, explica Guimerá, ya que la comunidad de descendientes de los sefardís -judíos de la península Ibérica que fueron expulsados en el siglo XV- reside precisamente en lugares como Israel o Estados Unidos. Sin embargo Guimerá confía en que la película, que pone de manifiesto el patrimonio cultural de Híjar y, de modo más general, de la revolución que supuso la imprenta en el mundo de la cultura y la transmisión de conocimiento, también tenga recorrido dentro de nuestras fronteras, a través de plataformas de televisión o de diferentes festivales, como el Saraqusta o el Festival Internacional de Málaga, en el que aspira a ser seleccionado.
Libros: el legado de Alantansí contiene una parte de documental convencional con testimonios de expertos que han sido grabados en lugares como Jerusalén, Nueva York, Cambridge o Florencia, que revelan el paradero y la importancia de las 58 copias que se conservan de los cinco volúmenes salidos de la imprenta hijarana hace más de 500 años, repartidas por todo el mundo. Pero también integra una parte de ficción interpretada sobre la vida de Alantansí, un personaje fascinante cuyo periplo vital ya es merecedor de una película, si bien es cierto que el personaje, que se instaló en Hijar entre 1482 y 1490 procedente de Huesca y que probablemente murió poco después en Lisboa, está inmerso en un halo de misterio con no pocas lagunas biográficas.
Guimerá se muestra “muy satisfecho con el resultado final de una producción muy laboriosa, cuyo rodaje final comenzó en junio de 2023 aunque la preproducción había arrancado mucho antes. “Creo que integra muy bien las partes de documental y de ficción”, de forma que resulta interesante para un público no especializado, pero interesado en la cultura y en mundo de la bibliografía, y también para los estudiosos de la cultura hebrea y sefardí.
“Si de algo podemos presumir es que el documental da voz a todos los grandes expertos a nivel mundial sobre este tema”, explica Guimerá. Lucía Conte es doctora en Historia y profesora en la Pompeu Fabra, presidenta de Tarbut Sefarad y una de las grandes expertas en cultura hebrea de España. Ella es coguionista del filme junto al periodista zaragozano Ignacio Romanos y Asunción Blasco, catedrática de Historia, autora de Eliezar ben Abraham Alantansí y la imprenta hebrea de Hijar y la persona que mejor conoce la figura del impresor nacido en Huesca y que vivió en Híjar hasta su expulsión. Además Lucía Conte es quien dirige las entrevistas en pantalla, realizadas a los mayores especialistas mundiales desde Avriel Bar-Levav de la Open University de Israel a Marjorie Lehman, pasando por Markus Mordecai, Jordan Penkower, Cesar Marhan-Hamann o Alexander Gordin. El equipo ha contado incluso con el testimonio de Shimon Iakerson, autor de la primera y más prestigiosa publicación sobre los incunables hebreos salidos de la península Ibérica. “Es ruso y para nosotros era inviable desplazarnos a San Petersburgo para grabar una entrevista con él”, explica Guimerá. “Pero cuando estalló la guerra contra Ucrania marchó a Jerusalén, porque estaba en contra del conflicto, y nos dio la posibilidad de entrevistarle como un magnífico regalo”.
Una ficción muy cuidada
La parte de ficción del documental ha cuidado hasta el más mínimo detalle todo lo relacionado con la ambientación y el rigor histórico. “Utilizamos el aragonés antiguo, recreamos las casas y callizos de las juderías, los gestos que utilizaban, y el trabajo de vestuario, a cargo de Raquel Hinojosa y la Fundación Bodas de Isabel ha sido excelente”. En un momento dado uno de los personajes de la ficción lee una carta que aparece unos segundos en pantalla, para lo cual el equipo de Guimerá se basó en una carta auténtica conservada, con la misma escritura y estructura. “Son detalles que pasarán desapercibidos al espectador no experto en cultural sefardí, pero queríamos cuidarlos al máximo para que la ambientación fuera intachable”.
A este respecto, Guimerá destaca el papel jugado por los actores que han participado, en cuya selección participó T de Teatro. El zaragozano Rubén Martínez encabeza el reparto interpretando a Alantasí “y hace un trabajo increíble, no solo dando vida al personaje de forma excelente sino a la hora de hacer piña con el resto de actores y hacer que todo haya funcionado muy bien, que la dirección de actores haya sido un trabajo muy sencillo”.
La ficción de la película fue rodada fundamentalmente en Híjar, Albarracín, Huesca, Uncastillo o el castillo de Albalate, en cuyo interior se recrearon los sótanos del castillo del Duque de Híjar donde se cree que se ubicó la imprenta de Alantansí, cuyo funcionamiento se recreó a partir de una máquina idéntica. También se rodó en Palos de la Frontera (Huelva), donde se recrea el viaje de exilio del impresor oscense a bordo de la reproducción de un galeón del siglo XV.
Quizá el único reproche que se hace Guimerá es no haber podido acceder al interior de la Biblioteca de Parma, única que conserva al menos una de las copias de los cinco libros que se imprieron en Híjar. “Sin embargo es una producción de 80 minutos llena de datos, de forma que era imposible ampliarlo más” en arás de que fuera una película interesante para todo tipo de públicos, además de los estudiosos del fenómeno.
Importancia capital
Guimerá no se cansa de repetir la importancia que tuvieron estos libros impresos en Híjar, y que las familias de judíos expulsados mantuvieron para sí y se transmitieron de generación en generación como uno de sus mayores tesoros. “Este pueblo tuvo que emigrar continuamente, y su legado cultural no podían ser los grandes edificios, como ocurre con la mayor parte de las culturas”, afirma el de Castelnou. “Por eso los libros, objetos que sí podían llevar con ellos y conservar, tuvieron tanta importancia en la persistencia de toda su herencia cultural. Eso coincidió con la invención de la imprenta, que fue la revolución tecnológica que permitió que, de repente, un libro no fuera un objeto único sino que pudiera ser compartido, estudiado por varias personas a la vez y difundido por diferentes lugares del mundo al mismo tiempo”.
Como explica Guimerá, a títullo de ejemplo sobre la trascendencia de Alantansí, “uno de los libros impresos en Híjar permitió reconstruir parte del Códice Aleppo, que es algo así como la Piedra Roseta hebrea”. El Códice Aleppo es un manuscrito datado en el 930 d. C. que se considera la fuente original y de mayor autoridad del rito judío. “Algunas de sus partes originales estaban deterioradas, y gracias a referencias a él que se hacía en algunos libros impresos por Alantansí pudieron recuperarse algunos fragmentos perdidos”.
De ahí que Libros: el legado de Alantasí sea, más allá de un documental de importancia capital para los estudiosos de Sefarad, una producción que habla sobre “el incalculable valor histórico y patrimonial que tienen los libros” y sobre la importancia “de algo que ocurrió precisamente en Híjar, en lo que hoy es un pequeño pueblo de Teruel, y sobre el que existe mucho desconocimiento en nuestra propia provincia o Comunidad Autónoma”.
Guerra en Israel
El equipo de Guimerá estuvo rodando parte del metraje pocas semanas antes del estallido de la nueva guerra entre Israel y Palestina y es consciente de que el estreno de su película podría generar cierto rechazo, después de que la imagen de Israel ante parte de la sociedad española y de la comunidad internacional se ha deteriorado por la desproporcionada respuesta del gobierno de Netanyahu a los atentados de Hamas de principios de octubre.
Este rechazo latente es real; la Policia Nacional ha ofrecido protección a algunos bibliófilos e investigadores de la cultura hebrea en España y los desplazamientos de equipos deportivos isralíes a España, como el partido de fútbol que el Maccabi Haifa jugó ante el Villarreal el 6 de diciembre han estado protegidos por importantes dispositivos policiales para evitar atentados o escraches. Guimerá reconoce que “he visto ese posible rechazo, pero está muy relacionado con la incultura”. El turolense admite que “para mí no ha sido fácil trabajar en el montaje de esta película durante los dos últimos meses mientras está teniendo lugar una gran tragedia”, pero Libros: el legado de Alantansí no hace proselitismo de ningún tipo, no habla de ninguna causa política o religiosa y ni siquiera se centra en el Israel actual. “El documental habla sobre algo que sucedió en el siglo XV, que tuvo gran repercusión en la transmisión del conocimiento y que se centra en el mundo del libro y de la cultura”. “Retrata a alguien que perteneció a un pueblo que fue expulsado y que a pesar de ello no mostró ningún tipo de rencor, sino más bien resignación”. Rechazar las tesis del documental por la coyuntura política actual de Israel equivaldría, a juicio del director, “a rechazar un documental histórico sobre los Reyes Católicos solo porque no se esté de acuerdo con el actual gobierno de España”.
El largometraje tiene un presupuesto de 225.000 euros incluyendo la distribución, de los que 125.000 corresponden a la producción. Aragón TV ha apostado firmemente por el proyecto, “y es la principal responsable de que la película esté lista para su estreno”, afirma José Ángel Guimera. La cadena pública financió el proyecto con fondos propios además de con 41.500 euros del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) de los que gestiona para ayudas a los rodajes. También cuenta con 8.000 euros del Gobierno de Aragón, “una cifra más bien escasa para lo que esperábamos”, afirma el director, que explica que “en la concesión de ayudas nos penalizó que buena parte del rodaje se realizara fuera de Aragón, a pesar de que el documental difunde algo tan importante y desconocido por el gran público como la imprenta de Híjar”. En la financiación también han participado ayuntamientos como el de Híjar y Castelnou y comarcas como el Bajo Martín.
Una laboriosa producción
La producción, rodaje y realización del documental ha sido larga y laboriosa, y no ha estado exenta de problemas por diversos motivos;âÂÂÂÂdesde los numerosos permisos necesarios para rodar en lugares muy diferentes del mundo como Estados Unidos, Israel, Italia, Reino Unido y varias localizaciones españolas, hasta por el hecho de que algunos miembros del equipo técnico abandonaran el proyecto por diferentes razones antes de que concluyera.
En la nómina del equipo técnico, artístico y colaboraciones del filme, dirigido por José Ángel Guiméra con guion de Lucía Conte, Asunción Blasco e Ignacio Romanos, figuran nombres como Raquel Hinojosa, Laura Villarroya, Fran Muñoz, Carlos Alonso, Camino Ivars, José Estella, Valeriy Nayden, Clara Gómez Galeote, Arkady Gil, Álex Mirasol, Dani Gracia, Pablo Noailles, Javier Ibáñez, Raquel Clemente, José A. Martín, Víctor Guiu, Mario Abadía, además de actores como el protagonista, Rubén Martínez, o Jesús Cuesta, Sixto Abril, Pablo Porto, Jesus Garcés o Yahannan Martín.
A la productora JAGui de José Ángel Guimerá se han unido en el proyecto empresas como Altiplano Audiovisual, Imago Entertainment, T de Teatro, Xtropia.Estudio o El Hospital de Móviles, entre otras.
Fuente : Diario de Teruel .
¡Deseando verla!
ResponderEliminarEstamos con Israel!!!
ResponderEliminarLos expulsados de Hijar viven en Túnez no en Israel!!! Hay que investigar y no crear una mentira.
ResponderEliminarFaltan muchas horas de grabación en Hijar, es demasiado generalista uno más de los que hay hechos.
ResponderEliminarCómo sabes que es generalista si no lo has visto?? Olé por la gente que opina sin ver ni analizar.. así va todo..
EliminarA mi me da la impresión que se están inventando la mitad. De sobra sabemos que la imprenta estaba en la casa del Rabi, los rodapiés eran los moldes, y cuando se hicieron los pisos se tiró todo a la derecha de las antiguas basuras delante la granja. Se ponen hacer algo de Hijar cuatro de fuera y no tienen ni idea!!!!
ResponderEliminarEnhorabuena a José Ángel y todos los colaboradores.
ResponderEliminarComo dice Teresa Rubira deseando poder verla pronto.
Saben si se va a poder ver en abierto o en algún lado?? Siempre hay ganas de ver las cosas que se hacen sobre nuestro pueblo!! Enhorabuena a los/as que se lo han currado!!
ResponderEliminarCon los brazos abiertos en espera de verla, dar la enhorabuena por el trabajo que habéis realizado , solo por los esfuerzos que he leído en esta grabación, dar las gracias a todo el equipo.
ResponderEliminarEsperamos ver este documental con mucha impaciencia. Hay que agradecerles su trabajo a los autores, incluso antes de verlo.
ResponderEliminarOjalá podamos ver pronto este documental, que solo por su tema me parece interesantísimo. Deseo mucha suerte a sus autores.
ResponderEliminarYo bajo mi conocimiento y ya tengo unos años, hubiera tirado por la rama de la imprenta de Felipe de Hijar, en vez de por Alantansi que solamente estuvo de paso, dirigiría más la investigación hacia los eliachar, en Paris y en Boston queda gente que conoce la plaza de Hijar, con los que no habéis cruzado palabra. Y tienen muchos datos.
ResponderEliminarveo que sabes y los historiadores que les pregunten a los vecinos de san antón que son los que saben muchas cosas
ResponderEliminarAl menos los vecinos sabemos dónde están las ubicaciones reales, que por supuesto no va a entrar ningún historiador a mi casa.
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