En él se cuenta que su presencia está documentada desde el año 1733, y que todavía conservan sus raíces originales. Antiguamente, dice Beriain, salían todas las madrugadas de los días festivos; a las cuatro de la mañana, el llamador iba de casa en casa avisando a los cofrades y, una vez juntos, comenzaban el recorrido de calles y plazas, entonando sus coplas, para iniciar después la procesión del Rosario. Hacia el año 1999, se incorporaron las mujeres.
El artículo es bonito y extenso (lo conservo como oro en paño), pero quiero destacar una frase: “Durante todo este tiempo el grupo ha ido evolucionando gracias al esfuerzo y sacrificio de sus componentes”.
Esto bien lo sabemos, pero quizá no lo hemos gritado y repetido como se debiera, o sea, alto, claro, y con frecuencia. Creo que la mayoría sentimos lo mismo, por eso dejo aquí estas líneas, junto a unas fotos que no tienen precio.
¡Gracias, Rosarieros/Despertadores! Gracias por ser una pieza indispensable en las tradiciones de nuestro pueblo; por iluminar las albas con vuestros cantos; por la constancia, entrega y cariño que ofrecéis en cada procesión; por ese legado que dejaréis/dejaremos a las generaciones venideras. GRACIAS, y feliz “vuestro día de la Asunción”, a los de aquí y a los del cielo.
Autora : Teresa Rubira.
Gracias Teresa, por recordarnos que son un sabor muy especial en todos nuestros actos, y que muchos quizás como yo nos emocionamos al oírlos.
ResponderEliminarVIVAN LOS ROSARIEROS, LOS DESPERTADORES.