Día que sabe a verano
y prepara la mañana
para honrar a nuestra Virgen
y vestirnos de su gracia.
El señor abre las puertas
esperando su llegada
mientras María se eleva
hacia el cielo, en cuerpo y alma.
Cubierto, ya, con su manto,
todo el orbe se engalana
cuando el mismo sol dibuja
los doseles de su cama.
Aquí nos tienes señora,
desgranando la plegaria
que traslade hasta tu lecho
las inquietudes del alma.
Ante el altar te pedimos:
que bendigas cada casa,
que nos extiendas tu mano
con la bondad que derramas.
Que seas nuestro refugio
en la dura encrucijada
y candil para el camino
hacia la eterna morada.
Día que sabe a verano,
y a espiga recién segada...
¡Otorga fe, y bendiciones
a nuestra vida cristiana!
Amén
Autora : Teresa Rubira.
Y mucha gente está confundida no es el santo de las Marias.
ResponderEliminarMuy emotiva tu poesía. Solo me queda matizar que no es la Ascensión de la Virgen, sino la Asunción. Que no es lo mismo.
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