A MI , QUE NUNCA SUPE AMAR.
Sentí, sobre mi cuerpo,
el dulce beso
de tus ojos inquietos;
y recorrió mis huesos,
una especie de miedo
de color amarillo.
Cuando volví mi rostro,
aun vi tus ojos
que seguían besando,
y entre tus labios rojos,
se quedó ese silencio
que me lo dijo todo.
Y me marché despacio,
con la prisa en las piernas
y tu amor bajo el brazo,
con el miedo en mis huesos
y el silencio en tus labios;
y mientras me alejaba,
esos ojos inquietos
me seguían besando.
A mí,
Que nunca supe amar.
Ahora…
¡No me atrevo a pensarlo!
Ahora… Ahora…
¡¡Sé que me están amando!!
Autor : Ramón Sorribas Espinosa.
Año 1978.
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