Un día de primavera
tranquilo fui a pasear
con mi bastón y sombrero
por las calles del lugar
vi las ruinas del castillo
y del palacio ducal
paseando fui al Calvario
sin volver la vista atrás
todo estaba muy desierto
no pude sentir cantar
de pájaros que volaban
ni de ancianos el rezar
volvi triste y solitario
no paraba de llorar.
Autor : Diego Lasala Gerique.
Preciosa poesía abuelo, fiel reflejo de tu gran sentir.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho!
ResponderEliminarEnhorabuena, Diego. Tu poesía transmite ternura, autenticidad y nostalgia por los tiempos pasados y alegría por vivir los tiempos actuales.
ResponderEliminar