Varios expertos contribuyen al libro en el que Javier Castaño expone el «caso único» hijarano.
El Museo Nacional del Prado de Madrid acoge la exposición ‘El espejo perdido. Judíos y Conversos en la España Medieval’. Versa sobre la imagen de los judíos en el arte medieval cristiano y se abrió el pasado día 10. Puede visitarse hasta el 14 de enero y después irá a Barcelona. Acompaña la exposición un volumen de ensayos, dirigido por Joan Molina, jefe del departamento de pintura gótica del Prado. Uno de ellos da noticia de las pinturas murales de la antigua sinagoga de Híjar.
La publicación se puede adquirir en la web del Prado. Por acabado y contenido se trata de un libro de referencia en el que participan expertos internacionales e historiadores principalmente en el mundo del arte. Como historiador especializado en la historia de los judíos, Javier Castaño dedica su ensayo a desgranar la relación entre los judíos y las artes visuales. Más concretamente, da testimonio de la colaboración entre judíos y cristianos en la elaboración de obras artísticas. Casi cerrando la veintena de páginas de su colaboración ‘Sensibilidades compartidas. La experiencia de los judíos en el arte del siglo XV’, se detiene en Híjar y en las pinturas murales que aparecieron en la ermita-sinagoga de San Antón durante la restauración en 2018, tras las catas que dejaron a la luz vestigios en suelos y muros. «Lo sorprendente fue cuando comenzaron a raspar la pared principal donde se situaba el hejal o gabinete que guardaban los rollos de la Torá, y aparecieron pinturas murales con inscripciones en hebreo que, evidentemente responden a una sinagoga», dice. «Para mí fue muy emocionante porque no hay muchos descubrimientos así. Es algo único», reconoce.
En la primera avanzadilla ya se vislumbraron tres letras hebreas que Castaño atribuyó a la lectura del salmo 106, 3, dato confirmado al destaparse recientemente más superficie. El hallazgo incluye otras letras hebreas en un cuerpo mucho mayor para las que también tiene una interpretación, pero que prefiere guarda de momento. Al lado izquierdo del hejal se aprecia una menorá o candelabro de siete brazos, que simboliza la restauración mesiánica del Templo de Jerusalén.
«Suelo ser escéptico respecto a determinadas noticias publicadas en prensa relativas a descubrimientos de cultura material hispanojudía, pero en el caso de Híjar es importante. Por otro lado, en esta localidad se instala la segunda imprenta hebrea medieval conocida después de la de Guadalajara», añade el historiador, que desarrolla su trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Un palimpsesto en las paredes
Las sinagogas que se conservan en pie en España son escasas, y apenas superan la decena. Todas, a excepción de las del Tránsito de Toledo y de Córdoba -que aún mantienen parte de la epigrafía hebrea original-, tienen paredes desnudas o que se han transformado sustancialmente. Y esa es la excepcionalidad de la de Híjar, que ha preservado parte de la decoración mural, y se sabe por las descripciones de fuentes escritas de la época, o algo posteriores, que otras sinagogas de Aragón también tenían pinturas murales. «Tratándose de una exposición de pintura, y al enfocar la interacción entre judíos y cristianos en el arte, me parecía importante dejar constancia», dice.
Castaño destaca que el hallazgo de las pinturas murales judías de Híjar deja al descubierto algo parecido a un palimpsesto pictórico. Es un manuscrito que se escribe sobre un soporte que previamente tenía un escrito anterior y que ha sido parcialmente borrado por un raspado de superficie. En el caso de Híjar se superpusieron otras capas de pintura. En algún momento tras la expulsión de los judíos en 1492 en Aragón, se cubrieron con una capa blanca sobre la que se pintó en el siglo XVI una representación de San Antón, que también acabó cubierto con otra capa blanca. Estas capas han protegido durante más de 500 años la pintura mural y por eso urge un plan de conservación.
Todavía queda superficie que descubrir y, como en toda investigación, siempre se abren más cuestiones. En este caso Castaño se pregunta por la identidad del autor de las pinturas. «No necesariamente tuvo que ser un judío», reflexiona.
Fuente : www.lacomarca.net
¡Nuestro pueblo sorprende día a día! ¡Qué orgullo siento como hijarana!
ResponderEliminarEs un placer leer noticias como estas. Estaremos muy atentos a los nuevos descubrimientos en la sinagoga de San Antón. Por cierto ¡qué curioso es que designemos a esta sinagoga con el nombre de un santo cristiano! Afortunadamente, hoy en día esto ya no es un problema.
ResponderEliminarPor otra parte, aunque no tenga nada que ver con lo anterior, no podemos permitir que se desplome el Convento de Híjar, lo que desgraciadamente puede suceder en cualquier momento. La prueba de que fue un edificio muy bien construido es que ya hace nada menos que 87 años que fue totalmente incendiado y aún resiste en pie. Pero no se le puede descuidar.
Convento y castillo ya!!!!
ResponderEliminarque hacen en el entorno del convento?, se ven movimientos de tierra desde el calvario. mlb
EliminarAnimo al Pueblo de Israel y a ver si tomamos nota en Europa que el islamismo no está conquistando y en 20 años la progresión de crecimiento es de 20 a uno real, nosotros no tenemos hijos y estos tienen cinco. Cuidado que vamos al abismo.
ResponderEliminar