La vi cerca de un contenedor y no pude resistirme. Es pequeña, bajica, de madera y con asiento de anea. Ya tengo en casa, limpia y preparada, ya que dentro de poco nos va a ser de gran utilidad a los dos. ¡Es idéntica a la que tenían mis abuelas! Recuerdo muy bien cómo nos recibían sentadas, con los brazos abiertos, para estar a nuestra altura. Por eso la rescaté de la basura. Seguro que fue de algún abuelo o abuela porque tiene su sello. Hasta puedo adivinar en ella el olor a patio y a jabón de casa.
¡Qué reconfortante y necesario para nuestra vida el recuerdo de abuelos y abuelas de una y otra parte! Mimos, canciones, besos, sonrisas, caprichos, complicidad, guisos a demanda, las famosas croquetas, la insuperable sopa de cocido… Sí, quiero hacer lo mismo con mi nieto (pido permiso), porque sé que funciona…
¡Felicidades abuelos! ¡Y no os olvidéis de la sillica!
Con mucho sentimiento.
ResponderEliminarLa verdad así es, siempre nos daban lo que queríamos , la comida que deseábamos y muchos piropos.
ResponderEliminarFELICIDADES PRIMA, POR VUESTO PRIMER AÑO DE ABUELOS.