Como Real Casa de Correos se edificó, en el año 1768 y por el arquitecto Jaime Marquet, el edificio más representativo de la Puerta del Sol de Madrid. Setenta y nueve años después allí se instalaría el Ministerio de la Gobernación y desde 1855, sobre su cuerpo central, se asienta un famoso reloj.
Fotografía de Antonio Passaporte-Loty. mcu.es. La Puerta del Sol de Madrid en los primeros años treinta del siglo anterior. |
Ya es conocido que la configuración de la Puerta del Sol actual proviene de una gran obra, llevada a cabo entre los años 1857 y 1862, que haría desaparecer y acortar algunas calles, con el fin de alcanzar la amplitud y forma actuales. También fueron derruidos edificios como el hospital del Buen Suceso, con su correspondiente iglesia y su concurrida lonja, que estaba en funcionamiento desde el siglo XVI.
Fotografía de Edward-King Tenison (1852). memoriademadrid.es. La antigua Puerta del Sol con la iglesia del Buen Suceso y su reloj. |
La fachada de la iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso de la antigua Puerta del Sol tenía un primitivo reloj, desde el año 1641, por el que regían su horario trasportes y paisanos. Su única esfera necesitaba de un reverbero o farol para reflejar la luz durante las noches; contaba sólo con la manecilla de las horas y era protagonista de numerosas quejas ciudadanas porque su vieja maquinaria era objeto de incontables averías.
Un nuevo reloj, que sería mandado construir al acreditado fabricante Tomás de Miguel, vino a ocupar el sitio del antiguo en el mes de octubre de 1848. Estaba dotado ya de minutero y tenía una esfera formada por dos cristales unidos perfectamente, raspados por la parte inferior con el fin de que fueran transparentes, pero sin dejar la maquinaria a la vista. Su coste fue de doce mil reales. Una luz interior, alimentada por gas, lo hacía visible desde varios metros de distancia, pero su carillón, formado por las campanas del antiguo mecanismo, dejaba mucho que desear en cuando a la sonoridad.
En el año 1854, sería demolida la iglesia del Buen Suceso. Su reloj pasaría a ser recolocado, en abril de 1855, sobre el edificio de Gobernación (Casa de Correos), ampliando su mecanismo con dos esferas más y construyendo un templete para albergarlo junto a su carillón. El engranaje poco sincronizado de este reloj provocaba la burla de unos y la desesperación de todos, al marcar un horario diferente en cada una de sus caras.
Fuente: bdh.bne.es (1858). El edificio de Gobernación con el reloj de Tomás de Miguel. |
Llegó el mes de octubre de 1866 y los habitantes de Madrid verían cómo se alzaba un nuevo andamiaje en la fachada del Ministerio de la Gobernación. Una flamante torrecilla se estaba construyendo para contener el reloj regalado por José Rodríguez Losada, que hace tiempo (desde 1865) se hallaba encajonado en el patio de dicho ministerio.
Losada (cuyo nombre real era José Rodríguez Conejero) fue un militar español y liberal exiliado por conspirar en contra de Fernando VII. Había llegado a Londres, tras numerosas vicisitudes, abriendo finalmente un importante negocio de relojería en el año 1835. Los tiempos habían cambiado, su prestigio estaba en lo más alto y decidió regalar a Madrid un reloj que terminara con las dificultades horarias de la población.
Fuente: bibliotecavirtualmadrid.comunidad.madrid (1892). El reloj de Losada instalado en su antiguo templete. |
Dotado de maquinaria moderna y puntual el reloj, del que inicialmente sólo se instalaron tres de sus esferas, venía acompañado de un carillón con tres campanas de sonido claro y por una gran bola que, dos veces al día, bajaba y subía al marcar las 12. El conjunto sería alojado en el templete diseñado para tal fin sobre Gobernación, bajo proyecto del arquitecto Juan Bautista Peyronnet. Este nuevo reloj fue inaugurado el día 19 de noviembre de 1866 y desde entonces el pabellón que lo alberga ha sufrido varias modificaciones, siendo la última de ellas en el año 1900.
El reloj que Losada regaló a Madrid continúa funcionando puntual, después de más de siglo y medio de existencia, sobre el edificio que hoy es sede de la Comunidad de Madrid.
Fotografía: M.R.Giménez. El reloj de la Puerta del Sol en la actualidad. |
Desde finales del siglo XIX es tradición tomar las doce uvas para despedir el año que termina y recibir al que comienza. Madrid acompaña esta costumbre con las campanadas del reloj de la Puerta del Sol, cada 31 de diciembre, que tiene grabada en las tres campanas de su carillón la inscripción “José Luis Rodríguez Losada a la Villa de Madrid en 1865”.
Fuente : Blog Antiguos cafes de Madrid.
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