lunes, 24 de enero de 2022

Los tesoros de una larga Lista Roja. Autora : Iulia Marinescu,

                                Estructura dañada del Convento del Desierto en Calanda/Alicia Martín

 

 Al menos 13 templos y otros edificios civiles del territorio bajoaragonés están en ruinas o en peligro de desaparecer.

La última inclusión del Convento de las Concepcionistas Franciscanas de Cuevas de Cañart en la Lista Roja del Patrimonio español que la Asociación Hispania Nostra viene elaborando desde hace algunos años, ha puesto de manifiesto una realidad «incontestable»: el olvido de muchos de estos templos que hoy por hoy se han convertido en ruinas o están en peligro de desaparecer.

A raíz de la última inclusión en esta «desafortunada lista» el investigador alcañizano y doctorando del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Jorge Martín, hace un balance «preocupante» de la situación de muchos de los templos y otros edificios civiles del Bajo Aragón histórico condenados a la desaparición y que requieren una recuperación integral. Al menos 8 templos del territorio ya forman parte de la «triste» lista, mientras que al menos otras 5 joyas del patrimonio bajoaragonés son susceptibles de hacerlo. «Tienen el dudoso honor de estar en esta lista, lo que supone una llamada de atención sobre lo que estamos a punto de perder, los templos que se encuentran en una ruina inevitable», explica Martín.

Por si fuera poco, al Convento de las Franciscanas de Cuevas-fábrica arquitectónica única en el territorio bajoaragonés fundada en la segunda mitad del siglo XVII y hogar de religiosas tan destacadas como la alcañizana sor María Francisca de Pedro y Cascajares-, se une otro templo de la localidad presente en la nómina elaborada por Hispania Nostra: el Convento de los Servitas. En él se ha actuado recientemente para consolidar parte de sus ruinas, indica Martín.

Al patrimonio del Maestrazgo se unen otros ejemplos del territorio con destino «desafortunado». El más drástico es el Convento del Desierto de Calanda «un fijo» en esta lista roja, lamenta el investigador alcañizano. La Cárcel y la Torre del Penal y la Fábrica Bonica de Valderrobres; el Convento de los Franciscanos de Nuestra Señora de los Ángeles de Híjar; la Ermita de San Gregorio de Aguaviva; o el Castillo y la Trapa de Santa Susana de Maella (incluida en la lista hace muy pocos meses), reflejan la «dejadez» y el «preocupante» estado de un patrimonio «irrepetible» y «único», de valor incalculable. «Hablamos de estructuras que se han venido a tierra como las bóvedas de algunos de estos edificios, lo que conlleva a ruinas inevitables. Otros males que les asechan son las humedades que provocan un daño considerable en edificios de piedra caliza, muy porosa», explica Jorge Martín.

Junto a los ya incluidos, existen otros ejemplos que no han ingresado en la lista, pero se están desgastando desde hace tiempo. Es el caso de edificios tan destacados como la Iglesia de Santiago de Montalbán. El Ayuntamiento denunció hace poco «su abandono» por las administraciones estatales. «Es un edificio estructuralmente gótico, que, a pesar de ser considerado como ‘mudéjar patrimonio de la humanidad’ – entre comillas-, su espaciosa, luminosa y fría nave única todavía espera una intervención que le pueda devolver su esplendor», lamenta Martín. Otro edificio medieval de gran valor arquitectónico es la Iglesia de Molinos, que, a los problemas derivados de la humedad que sufre, se suma el mal estado de conservación de la portada sur, el elemento de «mayor calidad» que tiene.

Otros edificios de cronologías posteriores también aguardan bajo el polvo. Entre ellos, la iglesia del Convento de los Carmelitas de Alcañiz, que, si bien pudieron llevarse a cabo labores de limpieza en la fachada recientemente, el resto del edificio todavía sigue esperando una intervención que ataje tanto los problemas de humedad como los derivados de la tormenta de granizo que afectó a la ciudad en el verano de 2003, que, casi veinte años después, todavía siguen sin resolverse. Tal como apunta Martín, la Iglesia Parroquial de La Fresneda, en la que pudo actuarse en el campanario recientemente, también espera otra intervención en el interior que ataje, de nuevo, el problema de humedades y otras cuestiones. «Afortunadamente», en esta última localidad, se consolidaron las ruinas de la iglesia del Santuario de la Virgen de Gracia, «quizá, un paso previo a una actuación integral en el conjunto», destaca.

Para no quedarse solo con «lo malo» el investigador destaca algunos avances en la recuperación del patrimonio bajoaragonés, como es el caso de la Sinagoga de Híjar, que está a punto de finalizar. Queda pendiente alguna decoración pictórica pero «ya no se va a perder», celebra Martín. También la Iglesia de Torre del Compte o la Torre de la Colegiata de Alcañiz son algunas de las «afortunadas». «Todavía nos queda mucho camino para asegurar la supervivencia de otros templos y edificios civiles».

Necesidad de «actuar»

Realmente son las instituciones- civiles o eclesiásticas-, las que deben «actuar» para la rehabilitación y consolidación de todos estos edificios heridos. Muchos ayuntamientos, centros de estudios o asociaciones, e incluso habitantes del territorio, lo reclaman «cada vez más». «Son conscientes de que cómo no se actúa rápidamente van a desaparecer. No puedo mirar con asombro y tristeza todas estas situaciones. Si la Guerra Civil nos privó de la mayor parte del patrimonio mueble, no dejemos perder los edificios que acogían estas piezas», reclama el Jorge Martín.

La investigación es de gran importancia en esta lucha. El análisis de los archivos «da sus frutos» ya que por ejemplo permite conocer los contratos de las obras, saber los materiales que se utilizaron, las técnicas que se emplearon y abordar de una forma «más precisa y adecuada» su restauración. El objetivo de los investigadores es dar a conocer estos edificios para crear más consciencia en los habitantes, de la necesidad de proteger el patrimonio. Si se quiere ver en términos económicos, su recuperación y puesta en valor permitirá crear puestos de trabajo y asentar población. Pero nada será más importante que recuperar «la identidad». «El Patrimonio es nuestra memoria. Si perdemos la memoria nos perderemos a nosotros mismos y el recuerdo de nuestros antepasados».

 

Fuente :  www,lacomarca,net

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