La presa de Escuriza o de Hijar, es una de las pocas de nuestro país que datan del siglo XIX, está situada en “Los Congostos”, un recóndito paraje entre los términos municipales de Estercuel, Oliete y Alloza.
Desde los primeros proyectos en los años 1840 hasta la inauguración de la presa en 1899 surgieron problemas, debido a la situación económica, política y social que vivía el Bajo Aragón en aquella época.
En mayo de 1878, se produce la petición por Julián Otal, como presidente del Sindicato de Riegos y Notario en Hijar, de la solicitud de autorización para construir el embalse. El precio previsto para la construcción del llamado «Pantano Superior» se estimaba en 685.488 ptas., el del pantano inferior en 432.621, y las obras comunes ascendían a 109.322 ptas.
En noviembre del mismo año de 1880, se comunica al presidente del Sindicato de Riegos, Julián Esponera, la imposibilidad de contar con la presencia de una pareja de la Guardia Civil para mantener el orden entre los trabajadores de la presa. También, como curiosidad, citaremos que pocos días más tarde se recibe la autorización del arzobispo de Zaragoza, para que puedan trabajar en las obras de la presa durante las tardes de los domingos y festivos, a condición de que todos los trabajadores hayan acudido a misa por las mañanas, en las poblaciones limítrofes, o a pie de presa si ello era posible.
El embalse se terminó de construir en 1896 por el ingeniero Alejandro Mendizábal tras conseguir una subvención estatal con un coste que ascendió 623.000 pesetas.
Se conoce también con el nombre de pantano de Híjar, por ser esta la principal población que impulsó la obra y una de las más beneficiadas por sus servicios, gracias a la labor de Jose Antonio Dosset, farmaceutico y fotografo que nos dejo sus imágenes para el recuerdo.
Las lluvias llenaron el pantano por primera vez en 1898 y fue inaugurado el 13 de junio del año siguiente.
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