viernes, 18 de septiembre de 2020

VISTA GENERAL DEL SUELO DE LA SINAGOGA , TRAS LAS EXCAVACIONES DEL 2017. Autor : Mariano Garcia.

 


"Bendito aquel que observa la ley y practica la justicia". Este versículo de los Salmos aparece en las paredes de la iglesia de San Antón de Híjar. Un templo que se habilitó sobre la antigua sinagoga de la localidad, y en el que se descubrieron caracteres en alfabeto hebraico que han servido para deducir el texto completo.


La empresa Acrótera, dedicada a la gestión de patrimonio histórico, acaba de publicar el libro ‘La antigua sinagoga de Híjar. Claves de un monumento excepcional’, un volumen en el que la mayoría de los textos ha corrido a cargo de Antonio Hernández Pardos, arqueólogo responsable de buena parte de los hallazgos en el edificio.

"Lo de Híjar es un caso de respeto por parte de los cristianos. Cuando llegó la expulsión el edificio estaba prácticamente nuevo –señala Hernández Pardos–, se había construido apenas 100 años antes y, gracias a eso, se conservó". Y es que, una vez cristianizada, la sinagoga sobrevivió al paso de los siglos. El historiador Miguel Ángel Motis fue el primero en intuir que estaba intacta bajo la actual iglesia de San Antón, y los trabajos arqueológicos han acabado por confirmarlo.

"La sinagoga de Híjar es una de las cinco mejor conservadas de España, junto a Santa María la Blanca y El Tránsito, de Toledo; las de Córdoba y Segovia –subraya Motis–. Otras, que también son significativas, como la de Molina de Aragón, en Guadalajara, no conservan la techumbre original, como sí ocurre en el caso de Híjar. Los especialistas que han visitado esta última, como Michael Mail, ‘chief executive’ de la Foundation of Jewish Heritage de Londres, aseguran que es “excepcional».

Suelo y Vivienda de Aragón acometió en 2017 la restauración del edificio, que se encontraba en mal estado. "Me encargaron la excavación del suelo, que duró dos meses, y ya entonces aparecieron elementos, como las escaleras de acceso o la base de la tarima donde se leían los textos sagrados, que señalaban claramente que aquello había sido una sinagoga –relata Hernández Pardos–. En verano y otoño de ese año se levantaron las tejas y se comprobó que la estructura del madera del tejado y las paredes del edificio pertenecían sin duda también a la antigua sinagoga. Y detrás del altar de San Antón se intuía la superviviencia de unas yeserías de gran belleza, que corresponderían al nicho donde se guardaban los textos sagrados".

En la primera fase de la intervención se quería, y así se logró, garantizar la supervivencia del edificio. En la segunda se buscaron además elementos que revelaran hasta qué punto había sobrevivido el templo judío. "Otro equipo de arqueólogos hizo catas en las paredes y descubrió vestigios pintados como parte de una ‘menorá’ o candelabro de siete brazos". También sacaron a la luz los caracteres que han sido identificados con el versículo citado, cuya lectura e interpretación darán a conocer Motis y Hernández en un artículo que publicará una revista científica.

El edificio está salvado pero ahora se abren algunos interrogantes. Porque es propiedad del arzobispado y, aunque se celebran pocas actividades en él, sigue siendo un templo cristiano. Y porque debajo de ese templo subyace una joya que podría darle un interés añadido a Híjar desde el punto de vista cultural y turístico.

Fuentes de Suelo y Vivienda de Aragón aseguran que queda pendiente "la restauración de la puerta de entrada, la barandilla del coro y la reja de forja del campanario, así como el nuevo acceso de mantenimiento a este, la instalación de la iluminación interior y la de la protección contra incendios. Finalmente, se intervendrá en el arco de la calle de Jesús, en la fachada principal, saneándolo y sustituyéndo puntualmente las zonas más deterioradas del mismo".

Antonio Hernández Pardos, por su parte, reclama seguir investigando en las paredes porque está seguro de que aparecerán más pinturas (el versículo y la menorá o candelabro); y, al tiempo, revela una paradoja: "debajo del suelo de la sinagoga hay restos romanos, y no se sabía hasta ahora que en el casco urbano de Híjar había vestigios de esta época. Pero hemos considerado prudente no buscarlos allí".

Motis, por su parte, pide "ambición". "El futuro del edificio hay que proyectarlo a medio y largo plazo. Soy partidario de sacar a la luz la menorá y los restos de pintura mural, que, con toda seguridad, van a aparecer. Hay que recuperar también las yeserías y la puerta de acceso original, abrir las ventanas que existían en el interior...». Hernández Pardos apunta incluso más allá. «No solo la sinagoga, hay que recuperar parte del barrio, que también es un monumento congelado en el tiempo». 


Fuente :  Mariano Garcia.
www.heraldo.es

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