miércoles, 10 de junio de 2020

SEPULCROS DE DON PEDRO FERNANDEZ DE HIJAR Y DE SU ESPOSA ISABEL DE CASTRO , EN EL MUSEO PROVINCIAL DE ZARAGOZA. Autora : Guadalupe Ferrandez Sancho .

Hoy vamos a ver dos sepulcros conservados en el Museo Provincial de Zaragoza que guardan directa relación con la Casa de Híjar, familia muy vinculada a la casa real de Aragón y a la de Navarra. El primer Señor de Híjar fue don Pedro Fernández (1245-1299), hijo natural del rey aragonés Jaime I el Conquistador, y de la aragonesa Berenguela Fernández. Don Pedro recibió  en 1268 de manos de su padre, el rey, la mitad del castillo de Hijar y de Urrea de Gaén (las otras dos mitades siguieron siendo propiedad de la Corona) a cambio de unas posesiones que Pedro tenía en el reino de Valencia. Este hecho dio lugar a la creación en 1272 del señorío de Híjar. Y la adopción a su apellido el nombre de la villa de Híjar, desde ese momento pasó a llamarse Pedro Fernández de Híjar.

Don Pedro casó en segundas nupcias con Marquesa Gil de Rada, hija natural de Teobaldo I de Navarra. Dos hijos bastardos unieron lazos, uno de Aragón y otra de Navarra, por ese motivo el escudo de la Casa de Híjar consiste en un escudo cuartelado con barras de Aragón y las cadenas de Navarra, símbolos de dos casas reales.

El dignatario que reposa en el sepulcro gótico situado en la planta 0 al pie de la escalera regia del Museo Provincial de Zaragoza pertenece a esta insigne familia aragonesa. Era hijo de Alonso Fernández de Híjar y Anglesola, y de doña Teresa de Alagón, hija de Artal de Alagón, V señor de Sástago (muy relacionado con el monasterio de Rueda). Por lo tanto nuestro personaje don Pedro Fernández de Híjar y Alagón  (1340-1383), fue tataranieto del rey don Jaime I de Aragón y biznieto del primer Señor de Hijar, del cual lleva también su nombre.

En el Museo lo identifican con el nombre de Pedro Fernández de Híjar y Navarra, pero para mí se trata de Pedro Fernández de Híjar y Alagón, IV Señor de Híjar, como ya he explicado anteriormente.

Don Pedro Fernández de Heredia y Alagón se dedicó a la política y a los "asuntos de estado", fue un importante militar, uno de los principales defensores de la frontera aragonesa. Se casó tres veces, la primera con Violante Cornel y Luna, hija de Luis Cornel, señor de Alfajarín, Alfamén y Altamira, con la que no tuvo hijos; la segunda con Isabel de Castro y Saluces (la que ocupa el sepulcro que luego estudiaremos) con la que tuvo un hijo: Pedro Fernández de Híjar, que fue Comendador Mayor de Montalban; y la tercera con Isabel Mexías, hija de Gonzalo Mexías Maestre de la Orden de Santiago, con la que tuvo tres hijos, sucediéndole como Señor de la Casa de Híjar, su primogénito don Alonso .

Don Pedro después de una vida intensa, en la que intervino en las guerras de la Unión (Liga aragonesa-valenciana formada en 1348 por los nobles en contra del rey Pedro IV el Ceremonioso), motivo por el cual sufrió posteriormente el aislamiento real. También tomó parte en la guerra contra los castellanos o Guerra de los dos Pedros (1356-69) en la que destacó como uno de los capitanes más valientes de la contienda.

Tras quedar viudo por segunda vez, hacia 1382, decidió retirarse al  Monasterio de Rueda, recibiendo la “cogulla de San Bernardo” de manos del abad don Andrés de Monse. El Monasterio de Rueda pertenecía a la orden del Cister, y estaba situado en Sástago (Zaragoza). En él fue enterrado así como su segunda esposa (como luego veremos).

Ya hemos comentado que Don Pedro tomó los hábitos hacia 1384 en el monasterio de Rueda, y al morir fue enterrado en un sepulcro que en un primer momento se colocó en medio de la iglesia del cenobio. En el año 1647 fue trasladado en el lado derecho de la cabecera de la iglesia, en la capilla de San Lorenzo) .  

Con la Desamortización de Mendizabal (1836-37), los bienes del monasterio fueron desperdigados o incluso destruidos. El sepulcro fue traslado, junto con el de doña Isabel de Castro, al Museo Provincial el 24 de octubre de 1915 por donación de Enriqueta Durán.

Fotografía: Juan Mora Insa (A.H.P.Z.). 

Se trata de un sepulcro (de finales del siglo XIV) exento labrado en piedra, con todos sus frentes decorados, ornados con tracerías góticas; se trata de tetrafolios inscritos en círculos dentro de los cuales vemos los escudos de la Casa de Hijar. El escudo data de los primeros Señores de Hijar: Don Pedro Férnandez de Hijar (1268-1299) y doña Marquesa Gil de Rada, ambos hijos naturales de reyes; el primero del rey de Aragón Jaime I; y la segunda, del rey Teobaldo de Navarra.

Las armas heráldicas que identifican a la Casa de Hijar son un escudo cuartelado, con el primero y postrero en oro con las barras de gules de Aragón; y el segundo y tercer cuartel con las armas de Navarra (cadenas de oro puestas en cruz).

Sobre la losa el noble aragonés con el hábito monacal con cerquillo y cabeza rapada, que cubre con la capucha del hábito. Apoya su cabeza en  un cojín sostenido por dos ángeles.

Detalle del rostro de Don Pedro y de los ángeles que sostienen el almohadón en el que se apoya la cabeza del finado.

 Detalle de uno de los ángeles que sostienen el cojín en el que se apoya la escultura del difunto don Pedro.

A sus pies yacen dos perritos muy deteriorados, símbolo de fidelidad, con collares de cascabeles.

Lateral del sarcófago. Como ya hemos comentado en todos sus lados encontramos escudos nobiliarios de la casa de Hijar, con las armas cuarteladas de Aragón y Navarra.  Este lado está algo deteriorado.

Escudo de uno de los laterales del sepulcro. Se trata de un escudo cuartelado en oro con dos barras de gules sobre fondo de oro, del reino de Aragón en el primer y último cuartel; y las cadenas de Navarra en el segundo y tercero. Está sostenido por dos esbeltos ángeles con grandes alas doradas. El escudo de la Casa de Híjar.

Detalle del frente del sarcófago, en el que vemos a un ángel turiferario en la parte superior, el escudo de la Casa de Hijar, y en la parte inferior un monje leyendo.

Escudos centrales del frente del sarcófago, en donde vemos en la parte superior un ángel con doradas alas desplegadas; en la parte inferior un religioso con varios libros abiertos.

En la esquina derecha vemos la representación de otro ángel con un incensario, en el centro los escudos de la Casa de Híjar, y en la parte inferior un monje leyendo.

El segundo sepulcro, mucho más pequeño que el anterior,  es el de Doña Isabel de Castro, para algunos (Mª José Casaus Ballester) de segundo apellido Pinos; y para otros Saluces. Si estamos hablando de Isabel de Castro y Saluces, procedía de una de las familias notables de Aragón: hija de doña Aldonza de Castro y Peralta, y de don Felipe Saluces (emparentado con el rey de Aragón Pedro III el Grande).  Fue una dama a la que casaron con don Pedro Fernández de Hijar y Alagón (1340-1383). Su sepulcro se encuentra al pie de la escalera noble de la sala 0 del Museo.

Doña Isabel fue la segunda mujer de don Pedro Fernández de Híjar. La dama murió joven, volviéndose a casar don Pedro e incluso a enviudar nuevamente. Fue enterrada en el Monasterio de Rueda donde años más tarde cogería los hábitos su esposo y finalmente sería enterrado muy cerca de ella.

En este punto quiero comentar que algunos historiadores identifican a su segunda esposa con doña Isabel de Castro y Pinos, con la que afirman no tuvo descendencia. El tema es algo farragoso. En la historia genealógica de la Casa Silva, escrita en 1685  por el cronista real don Luis de Salazar y Castro, éste identifica como segunda esposa de Don Pedro a doña Isabel de Castro y Saluces con la que tuvo un hijo: don Pedro Fernández de Híjar, que sería comendador de Montalban. Años más tarde, en 1830, Madoz confirma este hecho. Lo que no he podido dilucidar es el por qué en el Archivo Abierto Ducal de Híjar (Mª José Casaus) se le identifica como Isabel de Castro y Pinos afirmando que no tuvieron descendencia. Ahí lo expongo (si queréis en la bibliografía os pongo las fuentes utilizadas).

Ya hemos comentado anteriormente que el sepulcro de don Pedro fue colocado en la capilla de San Lorenzo, y el de doña Isabel en la capilla izquierda de la cabecera, dedicada a San Miguel Arcángel. En el año 1915 ambos sepulcros fueron trasladados al Museo Provincial de Zaragoza (en la ficha del Museo pone que fue donación de Enriqueta  Durán).

Fotografía de Juan Mora Insa (A.H.P.Z.), en la cual podemos ver el sepulcro en su original ubicación: la capilla de San Miguel en la iglesia del monasterio de Rueda (Zaragoza).

Estamos ante un sepulcro de alabastro con restos de policromía, sobre todo resalta el rojo y el verde, colores muy utilizados en la Edad Media. El lecho, el almohadón y la gonela que viste la difunta son verdes, mientras el manto que cubre su cuerpo es rojo. Esta bicromía se repite en los frentes de la caja.

Apoya su cabeza sobre dos almohadones. El uso del doble almohadón se comenzó a representar en el siglo XIV.

Este sepulcro solo está decorado en su frente, en los laterales y en la parte posterior está la piedra lisa, ya que estaba adosado a la pared (en arco solio) en la capilla en la que se situaba.

Es un sepulcro labrado en piedra, con la cama sepulcral sobre dos leones. En su frente se representan tres escudos en el interior de tracerías góticas, a la izquierda y a la derecha el escudo de los Castro: la Casa de Castro arranca de Fernán Sánchez de Castro, hijo bastardo de Jaime I el Conquistador y de Blanca de Antillón. Jaime I hacia 1250 le dio la baronía de Castro a su hijo bastardo Fernán. Por ese motivo el escudo de esta casa lleva las armas de su padre, el rey de Aragón, los gules sobre oro. Las estrellas de ocho puntas sobre fondo blanco por su madre: los Antillón.

El escudo central pertenece a la Casa de Hijar, por su matrimonio con Don Pedro Fernández, IV señor de Híjar.

Como habéis podido ver los dos personajes de los que hemos hablado provienen de un tronco común, del rey Jaime I el Conquistador, conquistador de tierras y de damas (por lo que parece).

Finalmente comentaros que este sepulcro se sacó a la exposición permanente del Museo en el año 2011, tras una exhaustiva restauración.

Detalle del busto de Doña Isabel vestida con la gonela, el manto, y sobre su cabello la típica cofia medieval.

 Detalle del rostro sereno de Doña Isabel, algo deteriorado. 

La dama se representa con los brazos cruzados sobre el cuerpo. Podemos contemplar el rico ribeteado de la vestimenta.

Detalle de los perritos con collares de cascabeles que se sitúan a sus pies, símbolo de fidelidad.

Detalle de uno de los leones que sirven de apoyo al sepulcro.



Autora :  Guadalupe Ferrandez Sancho.
www.elviajedelalibelula.com

4 comentarios:

  1. El texto es muy interesante. Las fotografías son magníficas. Gracias

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  2. Las fotografías son espectaculares la verdad.

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  3. Se agradece este magnífico trabajo de Guadalupe.

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  4. Hola. magníficas fotos. Confirmo que se trata de Pedro Fernández de Híjar III (1323-1386), que tomó el hábito del Císter en el monasterio de Rueda el 1375.
    Ella no está claro quien es.

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