Se imaginan ustedes, si los árboles pudieran transmitirnos las vivencias de su pasado , si existiese alguna forma de comunicarnos con ellos y nos relataran , que gentes caminaron bajo sus sombras alargadas , o que personalidades de nuestra historia pasearon bajo su abundante ramaje.
Son como testigos mudos de nuestro pasado , que guardan infinidad de secretos . Imaginan a los cipreses del convento, que nos pudieran transmitir, que manos amorosas los plantaron , como iban vestidos los duques, como los cuidaban los frailes, cuantas monjas clarisas pasearon en las tardes soleadas de invierno,como eran los franciscanos Fr. Basilio de Gea y Fr. Leonardo de Iroz , como fue el entierro de los duques que alli decidieron descansar , quien coloco la cruz de piedra que habia en sus inmediaciones, como eran aquellas reuniones que se celebraban después de misa los domingos, para fijar los precios de las frutas y verduras junto a la cruz de piedra, al pie de los cipreses.
Nos gustaría saber, si vieron salir disfrazado de fraile , al ministro Calomarde, que se refugio en el convento, perseguido por el gobierno en el año 1832 , que nos trasmitieran como llegaban las gentes en carros para asistir a la misa del gallo, que nos indicaran como tenian de iluninada la puerta de entrada los franciscanos , cuando iban los vecinos a las clases nocturnas .
Las personas pasaron, pero ellos permanecen allí vivos, resistiendo el paso del tiempo, agarrandose a sus recuerdos , guardando discretamente esos secretos , que seria tan interesante conocer. Que pena que sean solo , unos testigos mudos...
Autor : M.F.L.
¡Sí, una lástima! Pero las personas sí podemos contar vivencias y experiencias.¿Probamos?
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