EL CANTO DEL GRILLO : Unas noticias antiguas de Hijar .

En Híjar, fallecen asfixiados José Royo, José Izquierdo y Saturnino Buñuel. Los dos primeros limpiaban con otro un pozo negro en la casa del tercero, secretario del pueblo; al ser atacados por la asfixia el otro logró salir pidiendo auxilio, y el secretario se lanzó al pozo para intentar rescatar a los que quedaban.

Durante muchos años en Semana Santa, en el balcón de los " Morenos " en la Calle Santa Rosa, se colocaba un gran cartel, que era el emblematico elaborado por Angel Lalinde.

Durante muchos años, el Colegio de San Vicente de Paul, organizaba tunas femeninas, donde las niñas y adolescentes, iban con su bandurria y sus capas, que recorrian las calles, salian en carrozas, y participaban en los teatros que se hacian los domingos, en un escenario que habia en la planta calle, en la aula que impartia clase Sor Dolores.

Cuentan que cuando el ejercito republicano abandono Hijar, en el año 1938, en un escondite en el Cantón de las Monjas , encontrarón una gran cantidad de dinero en metalico .

En el día de hoy, queremos contarles algunas curiosidades relacionadas con las carretadas del ayer de San Antón.  Antiguamente hasta los años 60, salian en dirección al monte sobre las seis de la mañana tres carros arrastrados por las caballerias, para cargar la leña.

En la parte de abajo ponian la leña recia y arriba ponian las ramas.  Los chicos de la época se acercaban hasta el muro para esperar a las carretadas, lo que suponia una gran fiesta para toda la chiquilleria.


Cuando llegaban a la Calle de San Braulio, en la zona de la Torre la Fuente , subian la cuesta hacia la Plaza de San Antón, un carro detras de otro.  En aquellas fechas la calle estaba sin asfaltar, y la curiosidad más destacada, era que por la calle que podemos ver en la primera fotografia , desviaban el agua del abrevadero, y con la calle embarrada y con el freno puesto del carro, subian las caballerias los carros cargados hasta los topes para montar la carretada.  Nos cuentan que las caballerias subian la cuesta con una gran fuerza y habilidad y se amontonaba el vecindario para ver subir las carretadas , diciendo  " agua , agua,  más  agua ... ".