Esta expresión se remonta a la España Imperial del siglo XVI, concretamente al reinado de Carlos I de España y V de Alemania. Tenía unas posesiones en los Países Bajos, conocidas como Flandes. En realidad Flandes solo era una de sus provincias, pero era el nombre que se usaba para referirse al conjunto de todas ellas.
La Guerra de Flandes, que duró 80 años, enfrentaba a los habitantes de aquellas tierras, ayudados por toda la Europa protestante (uno de los motivos de la guerra era religioso) y el Imperio Otomano, al Imperio Español.
Con la ruta del Cantábrico cortada por los ingleses, España, que tenía otros muchos conflictos abiertos, mandaba a sus tropas por el Mediterráneo hasta Génova y después por tierra hasta los Países Bajos. “Poner una pica en Flandes” era sumamente costoso, de ahí que asociara con algo muy difícil de conseguir.
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