En el ocho de Diciembre
vestida de azul y blanco,
la Virgen se nos presenta
sobre los cielos, brillando.
El hombre duerme tranquilo
en sus brazos arropado
y contemplando su estrella
en nuestro humilde escenario.
María, llena de Gracia,
en la que Dios se ha fijado.
Y vendrá Jesús al mundo
desde su vientre sagrado.
Reguero de Ave Marías
queda en las nubes sembrado
por el fervor de las almas
que le rezan el rosario.
Aquí nos tienes, Señora,
en este templo sagrado.
Envolviendo cada vida
con tu manto Inmaculado.
Para ti nuestro cariño
y el corazón, entregado.
Nos lloverá ,en tu pureza,
el ejemplo más preciado.
¡Cuida de tus hijos, Madre,
pues a Jesús has llegado!
Autor : Teresa Rubira .
Prima, me gusta, como todo que escribes, gracias por llenar estas páginas con tus versos, y a Manolo por publicarlos.
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