La Virgen canta una nana
sobre lunas y rocíos
y San José la contempla
con emoción, y cariño.
Llevaban ya, mucho tiempo,
andando por los caminos
buscando casa, comida,
y ayuda de los vecinos.
Con lágrimas en los ojos,
narran, que la Virgen dijo:
“Pido al Señor, que esta noche,
nos dé cobijo y abrigo,
pues va a nacer mi pequeño
como si fuera un mendigo”.
“¡No te apures, mi Señora,
encontraremos un sitio!”
Y fue un portal, entre pajas,
donde crearon su nido
mientras la noche callaba
bajo el cielo estremecido.
¡Ay, mi chiquito del alma!
¡Ay mi angelito querido,
que siendo grande, elegiste
nacer pequeño, y sin ruido!
No tienes la cama blanda
ni suaves ropas de armiño,
tan solo pobres pañales
que te sirven de vestido.
Llegaron unos pastores
la lavandera del río,
el labrador y el herrero,
con el candil encendido.
y hasta la mula y el buey
para librarlo del frío.
Tres Magos, desde el Oriente,
a verlo están decididos,
y a lomos de sus camellos
el desierto han recorrido.
La Estrella lleva campanas
que repican el camino
y marcan dulce sendero
que los conduce al destino.
Cuando llega la mañana
con el orbe amanecido,
el portal queda nevado
y los Magos, bendecidos.
Con mil luceros radiantes
y el universo encendido,
llega la Paz a la tierra
para cambiar su destino.
La estrella lleva campanas,
de libertad, su sonido.
Serenas viven las almas
con la sonrisa de un Niño.
Autora : Teresa Rubira.
Muy bueno prima, es precioso.
ResponderEliminar