TRAS MI VENTANA. Autora : Conchita Luengo Lasala .

Me asomo a la ventana y todo es silencio, donde antes había bullicio una gran incertidumbre nos confina en los hogares; hay miedo. Los pocos transeúntes que caminan lo hacen de forma agitada para realizar alguna tarea imprescindible. No se ven niños, tampoco ancianos y me pregunto qué estarán pensando y donde habrán ido a parar sus sueños. 

Nos encontramos en un escenario inédito; primera pandemia del siglo XXI y donde de repente, el mundo se para y el alma se encoje. Son tiempos duros que tenemos que afrontar entre cuatro paredes y en medio de una gran avalancha de noticias que nos transmiten los medios, que parecen ser cada vez más complicadas y difíciles. Las gentes se contagian por este maldito virus, en el peor de los casos…mueren, pero también sanan y por ello no podemos caer en un desasosiego si implica “morirnos de miedo”. El escenario no puede ser más abrumador, el drama refleja la peor de las pesadillas.

Me asomo a la ventana y no quiero oír más silencios, deseo con todo mi corazón que pronto dejemos de escondernos, porque la vida y las gentes tienen otra cara más amable. Lo iremos superando, sí ¡quién sabe cuándo! pero cargando con una gran mochila de peso sobre el hombro, que iremos soltando poco a poco y llenando a su vez de aire de esperanza que aliviarnos. Pasará, resistiremos y este caos lo recordaremos, a pesar de la rabia, con resignación, como un mal sueño, ¡tendremos que pasar página para seguir viviendo!

Juntos podremos volver a dibujar sonrisas; nada será igual, quizás nos sintamos raros, pero volveremos a los besos, a los abrazos y volverán las tertulias, los cafés, los brindis, la familia, los amigos, y se oirán los chiquillos por las calles y veremos los ancianos paseando, las miradas serán cómplices, parecerá como si no nos hubiéramos visto en mucho tiempo.

Y recordaremos desde lo más profundo a todos los afectados y a aquellos que se fueron por este maldito bicho: ¡Hasta siempre…!  les diremos cuando alcemos la vista al cielo; no estaréis nunca solos.
Esta noche, a las 8 y como cada noche, desde mi ventana aplaudiré a rabiar con toda mi fuerza y energía. Que les llegue…que les llegue a todos quienes por nosotros velan para que nada nos falte y que son muchos. Gracias, gracias, gracias…

Cuando me asome a la ventana de nuevo y los rayos de luz traspasen los cristales y entre mil sensaciones y emociones gozoso despierte el día, le diré a la vida que no me rindo y que puede comenzar el tiempo y gritaré en alto lo que dijo el poeta:
“LO MEJOR ESTÁ POR VENIR” 

Cuando sonría el silencio…



Autora :  Conchita Luengo Lasala .