viernes, 11 de noviembre de 2016

EL COMEDOR DE LOS BUITRES. Autor : Diego Lasala Gerique.


En los montes o secanos de Hijar, existe un comedor de buitres para que dichas aves no dejen de existir, con tanto tractor, mulas mecanicas y aparatos que suplen a las antaño sudorosas y cansadas caballerias, que con su comodidad los campesinos han dejado de ser los sufridos campesinos de los años y tiempos pasados, los buitres se han quedado sin carroñas ni alimentos de los que antes comian por toda geografia aragonesa.

¿ Cuantas veces he visto el barranco que rodea el cementerio con el alimento natural que les daba la naturaleza ? .  Son muchas en que caballerias muertas y otros animales, llamados carroña , por su estado de descomposición los que que había en él , un suculento alimento para buitres, cuervos y otros animales carroneros voladores.

A la salida del colegio y los ratos que teniamos libres, eramos muchos los muchachos en acudir a la cima de los cabezos a ver a estas aves voladoras comer, no solo se alimentaban las aves que habia animales y reptiles terrestres que tambien lo hacian.

Nos encantaba ver como llegaban volando, como tiraban con sus picos de la pobre caballeria, quizas en nuestra ilusión,  llegamos a ver hasta alguna aguila, nos lo haría la ilusión, llegamos a ver hasta alguna aguila, nos lo haria la ilusión y lo que creiamos eran aguilas eran grandes cuervos.

La ilusión de los niños no tiene limites, hoy se divierten con ordenadores, moviles y otros aparatos, de lo contrario les ha pasado como a los buitres, que tanto adelanto se han quedado sin comida, los niños lo mismo , barrancos esperando que llueva, laderas del rio intransitables por falta de ganado , que se comia la hierba .  ( Y en mi mente la ilusión perdida de mis años de niño ).


Autor :  Diego Lasala Gerique .

1 comentario:

  1. Muy bueno Diego, yo también lo recuerdo y algunas veces con miedo, estos relatos que muchos solo podrán leer, pero no ver y recordar como nosotros y muchos otros de aquellos tiempos.
    Cuando decían que había muerto una caballería, allí estábamos medio pueblo de chicos.
    Gracias Diego.

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