A Arturo Calvo es la segunda vez en nueve meses que le entra agua a su cochera procedente del Aguasvivas. La primera fue con la DANA que desbocó el barranco.
Arturo Calvo recuerda que eran sobre las 3 de la mañana de la noche del viernes al sábado cuando se despertó. Oyó voces en la calle de vecinos, cosa que le extrañó en un pueblo tranquilo y a esas horas, y al abrir la ventana se dio cuenta de que estaba pasando lo que ya se había imaginado antes de ir a dormir. «Se escuchaba el río… Era una cosa impresionante la fuerza que llevaba», dice aún sobrecogido porque su casa todavía tiene otra hilera de casas delante antes de llegar al río. El Aguasvivas por Vinaceite suele bajar seco, tanto, que se han dado épocas en las que ha habido que esperar meses e incluso años para ver apenas un hilo de caudal. El sobrecogimiento del hombre tenía otra razón de ser: su cochera. Efectivamente, el agua ya iba buscando la forma de entrar y se imaginaba que se iba a repetir lo que le pasó en septiembre cuando debido a una DANA el agua bajó por el barranco cogiendo de lleno la parte trasera de su vivienda que está en dos alturas y da a tres calles. Entonces tapó hasta más arriba de la puerta de la cochera donde aún está la marca bien visible. Dentro estaba el coche nuevo que tuvo que reparar. «El agua se quedó a dos dedos de cargarse todo el sistema eléctrico, entonces no hubiera tenido remedio», apunta.
Aquella vez el agua ahogó parte del vehículo y todos los enseres que había en el corral y que poco a poco han ido retirando él y su mujer Mari Carmen Alcaine. Esta vez, por lo que pudiera pasar, el coche ya no lo guardó ahí alertado por los truenos de la tarde del viernes que iban ganando intensidad. Pensaban en una tormenta pero no en una crecida tan descomunal del río que estaba tranquilo, y desconectaron la luz para evitar posibles daños en electrodomésticos. Las voces que se escuchaban en la calle de madrugada eran las de los vecinos que intentaban avisarles porque su timbre no funcionaba. «Por la casa en sí no pasa nada porque está en alto, pero la cochera ya no sabemos qué hacer… Con el alcalde estuvimos mirando de hacer una pequeña obra para evitar que se embalse el agua en caso de que baje por el barranco, pero no nos ha dado tiempo a hacer nada porque no ha pasado ni un año de la anterior», apunta.
Que no pongan tantas trabas y dejen limpiar
Calvo es muy crítico con la situación que viven los pueblos con su propio entorno y así lo manifestó también en la reunión informativa del martes. Técnicos de Subdelegación se desplazaron a Vinaceite a explicar las líneas de ayudas a las que se pueden acoger y su caso no entra en ninguna. Ni el suyo ni el de ningún vecino porque los daños que han sufrido son agrícolas. En su caso, que tuvo que reparar la cochera y su vehículo, no recibió nada porque el pueblo no se incluyó en zona catastrófica algo que está previsto que sí suceda este viernes y entonces ampliará las ayudas en daños varios. Él y más vecinos mostraron su malestar porque no se permita a los pueblos limpiar sus cauces «como se ha hecho siempre», y que luego «tampoco la administración lo haga». Días después del temporal siguen viendo en sus propiedades enormes troncos arrastrados desde aguas arriba porque la fuerza del río se llevó incluso chopos y olivos centenarios que arrancó de raíz.
«Una avenida así no se puede controlar, de verdad, no se puede… Muchas veces pasa y no se puede controlar», dice Calvo, «pero es que a los pueblos deberían dejar hacer limpiezas, algo pequeño y muy básico pero que ya sería sufiente, no tendrían que poner tantas trabas en la Confederación», añade. «Sólo había que ver cuando bajó el caudal, que habría siete metros de zarza acumulada desde el fondo del río que parapetó la crecida y subió el agua hasta donde no te puedes imaginar, subió hasta donde no habíamos visto jamás en la vida, esto ha sido una exageración. Y hay cañas… En la curva de la carretera Nacional en Azaila se ve todo el tapón», remata.
Fuente : www.lacomarca.net
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