Recordemos que los historiadores romanos contemporáneos de Cristo, no le mencionan en absoluto. Fue alguien totalmente desconocido para ellos. En el siglo II d.c., a medida que el cristianismo se iba extendiendo por Roma, hay historiadores romanos que ya empiezan a nombrarle en sus escritos, pero únicamente en relación con sus enseñanzas y su doctrina.
Sin embargo, en lo relativo a la persona de Jesús y a su nacimiento, las únicas fuentes de información de las que disponemos son los 4 Evangelios canónicos, los atribuidos a San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Las autoridades eclesiásticas cristianas declararon que estos 4 Evangelios habían sido directamente inspirados por Dios, en el primer Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, el Concilio de Nicea, que se celebró en el año 325 d.c.; es decir, hace ahora exactamente 1.700 años.
En los Evangelios se mencionan personajes muy importantes, tales como el Rey Herodes o el Emperador Augusto. Como ahora veremos, el monje Dionisio el Exiguo no disponía de datos muy precisos sobre cuáles fueron los años exactos en los que estos monarcas reinaron, por lo que se equivocó un poco al situar el año del nacimiento de Jesús.
¿Qué es lo que nos dicen los Evangelios sobre la fecha del nacimiento de Jesús? El de S. Marcos, absolutamente nada. Este Evangelio comienza su narración cuando Cristo, ya adulto y dispuesto a comenzar su predicación por el mundo, se dirigió al río Jordán para recibir el bautismo de manos de S. Juan Bautista. Por lo tanto, este Evangelio no nos dice nada, ni de la fecha de su nacimiento, ni de su niñez. El Evangelio de S. Juan, tampoco.
El Evangelio de S. Mateo sí que dice algo, pero no es muy concreto. En él se lee que “Jesús nació cuando EN JUDEA reinaba el Rey HERODES EL GRANDE”. Hoy los historiadores están absolutamente seguros de que Herodes el Grande reinó en Judea entre los años 37 a.c. y 4 a. c. Por lo tanto, según el Evangelio de S. Mateo, Jesús nació, como mínimo, 4 años antes del que había calculado Dionisio el Exiguo. Además, tenemos una imprecisión de 37 – 4 = 33 años, para saber cuál fue el año exacto de su nacimiento.
Podemos recurrir ahora al otro Evangelio que nos queda, el de S. Lucas. Pero lamentablemente, tampoco es demasiado explícito. Según el Evangelio de S. Lucas, “Jesús nació cuando EN ROMA reinaba el Emperador OCTAVIO AUGUSTO”. Hoy los historiadores están totalmente seguros de que Octavio Augusto fue Emperador de Roma entre los años 27 a.c. y 14 d. c. Para que pueda ser cierto a la vez, tanto lo que nos dice el Evangelio de S. Mateo como el de S. Lucas, Jesucristo debió nacer entre los años 27 a.c. y 4 a. c. La imprecisión en el año de su nacimiento se nos ha reducido ahora a 27 – 4 = 23 años. Y sigue siendo cierto que Jesús nació, como mínimo, 4 años antes de lo que nosotros creíamos.
Pero aún es posible que podamos acotar un poco más el año del nacimiento de Cristo. El Evangelio de S. Lucas añade que “Cuando nació Jesús, por orden del Emperador Augusto, se efectuó un censo de la población, siendo CYRENIUS gobernador de SIRIA”. A pesar de que ha sido muy difícil localizar algunos datos sobre este último personaje (muy pocos), los historiadores actuales han conseguido averiguar, con total seguridad, que el tal “Cyrenius”, cuyo nombre latino era “Quirinius”, fue gobernador de Siria entre los años 6 a.c. y 4 a.c.
Octavio Augusto, primer Emperador romano
Por lo tanto, todos los datos que aparecen en los Evangelios, relativos al nacimiento de Jesús, encajan bien si aceptamos que el verdadero año en el que Cristo nació fue, o bien el año 6, o el 5, o el 4, “antes de Cristo” (esta última frase se parece un poco a un trabalenguas). El monje Dionisio el Exiguo se equivocó en sus cálculos, pero no por mucho.
Cuando se consiguieron comprobar con total certeza estos últimos detalles, habían transcurrido bastantes siglos, y a lo largo de todo este tiempo, se habían fechado ya muchísimos miles y miles de documentos antiguos, libros, inscripciones en monumentos, etc, conforme al erróneo comienzo de la Era Cristiana calculado por Dionisio, por lo que se consideró que era prácticamente imposible corregirlos todos, y se decidió no modificar la numeración existente de los años, a pesar de que ahora sabemos que es un poco inexacta.
Por lo que respecta al día concreto del nacimiento de Jesús, el 25 de diciembre, resulta que esa fecha tan entrañable para nosotros, no aparece para nada en ninguno de los 4 Evangelios. La empezaron a celebrar las autoridades eclesiásticas cristianas alrededor del año 600, sin ninguna justificación que nosotros conozcamos. Muchos historiadores suponen que la razón pudo haber sido la siguiente: en aquel tiempo, todavía quedaban restos del antiguo culto pagano; concretamente, aún se celebraban unas fiestas paganas llamadas “saturnales”, el 25 de diciembre. Para que los cristianos no continuaran asistiendo a un rito pagano, las autoridades eclesiásticas “cristianizaron” esa celebración, simplemente suponiendo que Jesús había nacido en ese día. Por supuesto, esto es solo una teoría, no demostrada.
Autor : Enrique Garralaga Robres.
Muy interesante, Enrique. Gracias.
ResponderEliminarTus comentarios siempre son interesantes, tampoco había leído nada sobre el nacimiento de Jesús, creía que había nacido con lo que se adjudico en los años 600 d.c.
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