sábado, 16 de marzo de 2024

LOS SABADOS POESIA : GETSEMANI Y CALVARIO . Autor : Simón Abadia.

 


En una noche sonaron

cerca de Getsemaní,

lamentos de cobre y plata

en la tribu de Leví.


Son los olivos testigos

de tu sangre carmesí,

donde el dolor se hace negro

en manos del alguacil.


Treinta monedas de plata,

o treinta maravedí,

viene la turba encendida

por el viejo sanedrín.


Por tu frente brota sangre

que no es agua de alhelí

solo, te ves en tierra

con corona de organdí.


Ya están cerrados los cielos

por un solo querubín.

Los olivos están tristes,

son los de Getsemaní.


Te llevaron al senado

al senado Judaí,

estaba el gran sacerdote,

a quien llaman el Caí.


Preguntas y más preguntas

escribas del sanedrín,

siempre estás en entredicho

por gente del Sinaí.


Cruzas miradas con Pedro,

poderosa es la amistad,

formaré de ti poliedro

en aras de lealtad.


El gallo canta tres veces

y tres veces anunciaste,

el edén está silente

contemplando aconteceres.


Lágrimas que son rocieras

fuente de gotas divinas

surcos hacen en mejillas

al ver el fallo que hicieras.


Vas de Herodes a Pilatos

asemejo de otros tantos,

si nos lavamos la manos,

tan solo es que lo dejamos.


¿Eres rey de los judíos?

¿eso dices por ti mismo,

o quizá que te lo han dicho?

No contesto, ni comento.


Mofas del vulgo y soldado,

de madrugadas perdidas,

pongo corona de espinas,

báculo del rey alado.


Están uniendo dos palos

pandemia de los humanos,

¿Dónde están las cosas serias,

en sacos de las miserias?


Iahvé, Dios y padre mío

que pase de mí este cáliz

más sabes que en Ti confío

en aras de aquel desliz.


Llevo cruces en mis hombros

en mi espalda los pecados

los gritos y vuestro odio,

mi corazón un calvario.


Miro tu corazón, madre,

los dolores de tu parto,

tristeza, dolor y sangre

por la chusma y su flagelo.


Clavado entre dos cruces,

quebrados están los cielos

lluvias que lavan las sangres,

todo rueda por los suelos.


Eloi, Eloi lama sabactani.

(Gritó: Dios mío, Dios mío,

¿por qué me has abandonado?)

¡Se rasgó el velo del templo¡


Quien quiera oír que oiga

y el que quiera ver, que vea.

Épocas duras de crédito

para vivir siempre en Cristo.



Autor : Simón Abadía

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