sábado, 7 de octubre de 2023

LOS SABADOS POESIA : ROMANCE SATIRICO. Autor : Francisco de Quevedo .

 



Pues me hacéis casamentero,

Ángela de Mondragón,

escuchad de vuestro esposo

las grandezas y el valor.


Él es un Médico honrado,

por la gracia del Señor,

que tiene muy buenas letras

en el cambio y el bolsón.


Quien os lo pintó cobarde

no lo conoce, y mintió,

que ha muerto más hombres vivos

que mató el Cid Campeador.


En entrando en una casa

tiene tal reputación,

que luego dicen los niños:

«Dios perdone al que murió».


Y con ser todos mortales

los Médicos, pienso yo

que son todos venïales,

comparados al Dotor.


Al caminante, en los pueblos

se le pide información,

temiéndole más que a la peste

de si le conoce, o no.


De Médicos semejantes

hace el Rey nuestro Señor

bombardas a sus castillos,

mosquetes a su escuadrón.


Si a alguno cura, y no muere,

piensa que resucitó,

y por milagro le ofrece

la mortaja y el cordón.


Si acaso estando en su casa

oye dar algún clamor,

tomando papel y tinta

escribe: «Ante mí pasó».


No se le ha muerto ninguno

de los que cura hasta hoy,

porque antes que se mueran

los mata sin confesión.


De envidia de los verdugos

maldice al Corregidor,

que sobre los ahorcados

no le quiere dar pensión.


Piensan que es la muerte algunos;

otros, viendo su rigor,

le llaman el día del juicio,

pues es total perdición.


No come por engordar,

ni por el dulce sabor,

sino por matar la hambre,

que es matar su inclinación.


Por matar mata las luces,

y si no le alumbra el sol,

como murciégalo vive

a la sombra de un rincón.


Su mula, aunque no está muerta,

no penséis que se escapó,

que está matada de suerte

que le viene a ser peor.


Él, que se ve tan famoso

y en tan buena estimación,

atento a vuestra belleza,

se ha enamorado de vos.


No pide le deis más dote

de ver que matáis de amor,

que en matando de algún modo

para en uno sois los dos.


Casaos con él, y jamás

vïuda tendréis pasión,

que nunca la misma muerte

se oyó decir que murió.


Si lo hacéis, a Dios le ruego

que os gocéis con bendición;

pero si no, que nos libre

de conocer al Dotor.



Autor :  Francisco de Quevedo .

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