Esta me encanta porque es muy peculiar . La frase la utilizamos para indicar que no hay nada que hacer, que no hay remedio. Hasta aquí ok. Lo que me ha dejado pizcueto es el origen de esta frase hecha, y es que proviene del término árabe hispánico attutíyya.
La atutía era un ungüento que en un principio fue desarrollado por los médicos árabes para problemas oculares, pero que con el tiempo se acabó convirtiendo en algo que valía pa’ tó. El componente básico de este «remedio» era el óxido de zinc, así que no sé hasta qué punto era realmente beneficioso, pero lo cierto es que de ahí viene esta expresión coloquial, que la RAE admite en sus dos versiones: no hay tutía o no hay tu tía. Y es que, si no había tutía… ¡mal íbamos!
El óxido de zinc con aceite de oliva, sigue siendo un remedio farmacéutico para roces y escoceduras.
ResponderEliminar