La calle Don Julian Otal, esta dedicada en honor a un notario de nuestra localidad, que desempeño su labor profesional, al final del siglo XIX.
Hablar de la Calle Otal, es hablar de muchas cosas, envueltos en recuerdos de oro de nuestra niñez. De longitud corta, pero de larga historia, la Calle Otal, guarda en sus entrañas, retazos de nuestra historia, que están enmarcados en letras de honor de nuestra localidad.
Cuando aún se denominaba la Calle del Puente, sobre el año 1300, se empezó a construir el Hospital de la Santa Cruz, ordenado por el nieto de Jaime I, Pedro Fernandez de Hijar, que era un hospital para pobres y peregrinos, que llego a contar con ordenanzas propias.
A su lado, mezclando intencionadamente el tiempo, existió la fabrica de la seda primero, y más tarde los orígenes de Mosaicos Moreno. Y que decir de la Iglesia de San Valero, de su altar, de su coro, de su vidriera, de su puerta de entrada y la escultura de piedra, con la imagen de la Milagrosa.
Parada obligada es también hacerlo, en el Convento de San Vicente de Paul, edificio donado por Doña Ana María Esponera, ( viuda de Don Julian Otal ), donde una catarata de recuerdos imborrables, permanecerán para siempre entre aquellas aulas, y aquel espacioso recreo, hoy convertido en residencia de la Tercera Edad y velatorio municipal.
Calle que cuenta y conto, con Notario y Registro de la Propiedad, la consulta de Don José Luis el medico, el Banco de Credito Local, y numerosos establecimientos comerciales y servicios como, los taxi de Isidoro Mallor y Pascual Romeo, la cantina El Descanso, la fontanería de Antonio Galvez, el estudio fotográfico de Javier Pellicer, la carnicería de Carmelo Lasala, las verdulerías primero de Angela Calzada y después de Miguela Gracia, la peluquería de Mari Claveria, el taller de costura de Jesús Ferrer “ El Rufar “, hoy Lanas Mª Carmen, la zapatería de José Insa, y un lugar donde desde hace 25 años, compran los vecinos del barrio, el Spar, que así fue llamado y se llamara para siempre.
Recuerdos de una calle, que hemos querido rescatar, cuyas paginas polvorientas y amarillentas muchas de ellas, se resisten al olvido.
Autor : eshijar .
¡Ay, nuestra calle Otal!
ResponderEliminarlos donuts yo los compraba en el vege, luego entraba por la plaza la villa al spar y me cogia una Coca-Cola de las que había en el almacén y me iba a jugar a los pitos a la plaza.
ResponderEliminarMuy bonitos los comentarios y añoranzas sobre la clle Otal. Me gustaría que contaseis un día, (si no es que ya lo hayáis contado) los tcomentarios tremendos sucesos que ocurrieron en esa calle, cuando, creo que en 1994, se produjo el asalto al Banco. Yo estaba en párvulos con sor Emilia y nos apiñamos a una pared para, impedir que algún niño resultase herido de alguna bala. Aquel suceso, que lo viví con 5 años, resultó para mí una fuente de recuerdos, que nunca he llegado a saber si fueron como los recuerdo o mucha parte de ellos son fruto de mi fantasía. Me gustaría leer una versión lo más exacta posible, de un suceso que si no recuerdo mal, costo dos vidas humanas.
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