miércoles, 6 de septiembre de 2017

EL CANTO DEL GRILLO : Unos recuerdos de Hijar.


En el día de hoy, estrenamos una nueva sección que hemos titulado " El canto del grillo ", en ella de una forma periodica, recordaremos historias, leyendas, y noticias que pasarón décadas atras, en nuestra localidad, muchas de ellas a veces desconocidas.

El primer recuerdo que queremos traer, habla de un recuerdo muy misterioso, durante muchos años, se conto que en una habitación que hay debajo del Bar Santiago, sucedian cosas terribles que siempre había charcos de sangre, y que algunas personas vieron personas colgadas boca abajo.  Esto paso hace muchos años, poco más se sabe de eso, poca gente hablaba de ello.

Cuando el Cuartel de la Guardia Civil, estaba situado en la Cuesta del Olmo, ( hace muchos años ), existia un calabozo, en lo que hoy es la actual vivienda de la familia Tena - Baldovin, y todavia quedan restos en su interior de aquellos oscuros y frios calabozos.

Cuentan las personas mayores, que en la Fuente del Duque, que estaba cerca de la Calle San Braulio, en el verano el agua salia muy fria, y en el invierno muy caliente, y que solian ir a buscar agua con cantaras para hacer tortas.

En la zona del embalse, habia una barca para pasar el rio, cuando venia crecido, el Rio Martin, todavia quedan vestigios de donde se agarraban las sirgas y cadenas.

Durante algunos años en el convento de Nuestra Señora de Los Angeles, estuvieron las Monjas Clarisas, pues bien, algunas de ellas murieron por desprendimientos de las paredes, que se encontraban en muy mal estado.  Fueron enterradas alli, y cuando se fueron definitivamente las monjas, las hermanas rezaron por ellas.

2 comentarios:

  1. Yo conocí la barca que cruzaba el embalse. Y aunque de forma no clara del todo, creo que monté alguna vez con mis hermanos mayores. El embalse me trae recuerdos de baños prohibidos (después de comer) en "curitatis" pues no podíamos coger el bañador en casa. De vez en cuando alguien gritaba "que viene el tío Lécera" y salíamos del agua como liebres, cogiamos la ropa y poníamos pies en polvorosa por las huertas cercanas.

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