El trámite serviría para poder acceder a subvenciones para consolidar su estado actual. El Ayuntamiento negocia su cesión para intervenir.
Comienza el proceso para que el convento Nuestra Señora de los Ángeles de Híjar sea declarado como Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés. El trámite hará posible intervenir en la infraestructura para evitar que esta se caiga y pase al olvido tras 500 años de historia. Se trata de un proceso que se encuentra ahora mismo en periodo de información pública tras haber sido publicado en el Boletín Oficial de Aragón (BOA), y que se oficializará en el plazo de un mes de no obtener alegaciones.
El alcalde de Híjar, Jesús Puyol, celebra el paso hacia adelante para un convento que tiene un deterioro más que evidente tanto por fuera como en su interior. El convento hijarano fue ocupado por los franciscanos hasta 1835 con la desamortización de Mendizábal. Pasaron otras órdenes hasta que a principios del siglo XX, una comunidad de franciscanos capuchinos, lo rehabilitó y restauró la iglesia, que volvió a abrir al culto. Hubo vida hasta la Guerra Civil, cuando quedó muy dañado. Nunca se ha intervenido y está abandonado desde entonces. Su estado incluso le hizo ingresar en la Lista Roja del Patrimonio Hispania Nostra en julio de 2021.
Que este sea declarado como Bien del Patrimonio Cultural Aragonés es algo que «viene muy bien» mientras se sigue en conversaciones para obtener la cesión del espacio por parte del Arzobispado de Zaragoza, otro paso necesario para poder asegurar las pocas estructuras que quedan en pie. El objetivo es comenzar actuando con una partida de 40.000 euros prevista por el Ayuntamiento en los presupuestos de este año. «Todavía están en pie los laterales y no sabemos lo que les queda. Hemos abierto una partida para empezar a sujetar pero antes de invertir el edificio tiene que ser municipal o tenerlo en cesión», dijo entonces el primer edil.
Acceso a otras subvenciones
No obstante, esta declaración también resultaría de gran utilidad porque gracias a ella se podría acceder a otras subvenciones del Gobierno de Aragón que podrían servir para, «por lo menos, consolidar la parte existente de la infraestructura». «Es una lástima que nos vayamos a Inglaterra o Escocia a ver ruinas y castillos y las que tenemos aquí las dejemos perder, sobre todo con la cantidad de historia que tienen. Reconstruirlo sería una barbaridad, pero consolidar lo que existe es una obligación», defiende el secretario del Centro de Estudios del Bajo Martín, Pascual Ferrer.
En el convento «todavía hay mucho por investigar». Su fundador fue Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano, duque de Híjar, hacia 1519. Los frailes podrían haber estado alojados, durante la construcción de sus nuevas dependencias, en la desaparecida casa del Rabí de la plaza de San Antón de Híjar, aunque no hay solidez documental para garantizarlo. En 1524, la infraestructura ya estaba en funcionamiento y se fue ampliando con la construcción de la nueva iglesia y la recepción de una amplia de huerta con derecho de riego. Hay fuentes documentales que apuntan a la ubicación, hacia 1300 de otro convento de las canonesas del Santo Sepulcro de Zaragoza en esta misma ubicación, pero no hay evidencia arqueológica hasta la fecha.
Durante el siglo XIX, el convento habría quedado en desuso y en mal estado de conservación. Constan labores de reconstrucción de cierta envergadura hacia 1901. Del último conjunto conventual de los siglos XVI y XVII, supuestamente levantado sobre las ruinas de la iglesia de Santa María de la Villa Vieja de Híjar y el Convento del Santo Sepulcro (y quizá otros vestigios anteriores), quedan varias edificaciones en estado avanzado de ruina.
El convento fue objeto de reconstrucción parcial en los primeros años del siglo XX, cuando se hicieron cargo de él los franciscanos capuchinos, reabriendo la iglesia al culto el 15 de julio de 1903. En 1936 este fue abandonado y comenzó el declive que ha llevado a un estado de derrumbes y falta de mantenimiento hasta nuestros días. Actualmente, sólo quedan vestigios de esas edificaciones, junto a los de las viviendas de los guardeses del conjunto, últimas dependencias utilizadas en el siglo XX, pero el resto del conjunto sigue siendo legible, aunque a nivel de ruina.
En toda esta infraestructura se aguarda «el principio de la historia de Híjar», aunque esta también resulta y «debería ser» de gran interés para todo el Bajo Aragón Histórico. «No solo nos atañe a nosotros los hijaranos. En este momento también había dos conventos de franciscanos, uno en Calanda y otro en Alcañiz; así como un tercero en Albalate. Creo que en su momento estarían en comunicación, por lo que su historia sería seria compartida», añade Ferrer.
Su importancia se reivindicó precisamente hace ya unos meses en las jornadas que el Centro de Estudios promovió para conmemorar el 500 aniversario de su construcción. Esta seguirá vigente en los próximos meses y especialmente a partir de que el convento sea declarado como Bien de Interés Cultural. «No podemos permitir el abandono de este patrimonio. Esta declaración es el inicio para comenzar a trabajar en esa consolidación», concluye Ferrer.
Fuente : www.lacomarca.net