Como rosal encendido
amaneció la mañana
para llevar a la Virgen
hacia el cielo, en cuerpo y alma.
Rendido a tus pies, un pueblo,
con devoción te proclama
y a tu imagen, confiados,
dirigimos la plegaria:
Un ramo de avemarías
nacido de las gargantas
que te ofrecemos, Señora,
como cosecha del alma.
Ante tu altar, las familias,
nuestras penas, nuestras calmas…
el deseo de vestirnos
con la gracia que derramas.
Rogamos por los enfermos,
por los que no tienen casa,
por los ancianos, los niños
que viven sin esperanza.
Que cesen odios y guerras,
las maldades, las desgracias…
y a nuestro mundo le llegue
esa PAZ tan deseada.
Vigía que nos alumbras,
sea por siempre tu llama
la que nos marque el sendero
donde encontrar tu morada.
Como rosal encendido
amaneció la mañana
cuando la aurora dibuja
los doseles de su Cama.
El Señor abre los cielos
esperando su llegada,
y nuestras calles de Híjar
con su manto se engalanan.
¡Viva nuestra Virgen de la Cama!
Autora : Teresa Rubira.
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