Cine rural. Historia del cine. Memoria y sociología del cine. Por medio de los recuerdos de distintas personas, ya fallecidas, reconstruimos la historia de los cines en Híjar, desde los ambulantes de la primera década del siglo hasta el cierre de sus dos grandes salas en los setenta. Estos informantes aparecen citados con su relación con el cine y año de nacimiento. Nuestro agradecimiento por el tiempo compartido a principios de los noventa, cuando se hizo esta recogida de datos que actualizamos.
CINE MUDO AMBULANTE .
“Recuerdo que ponían la película arriba y a darle con la manivela. Y hablaba un gachó y decía ahora va a salir tal cosa, tal otra.” (Luis Puerto, espectador. 1904).
EL CINE DE MAURICIO OMEDES ( Calle Mallor )
En Híjar hubo un fotógrafo nacido en Cuba, Felipe Catañer García, que a su vez era operador de cine, con carnet desde 1929. Hacía fotografías por toda la comarca y proyectaba cine mudo, primero en un local de la calle Mayor donde también ejercía como explicador leyendo los carteles y,después, en el Teatro-Cine. El local en cuestión era un salón largo y estrecho, la máquina estaba en medio y había bancos. Posiblemente estemos hablando de 1918-20.
TEATRO CINE (Paseo San Francisco. 1924-1933)
El Teatro-Cine era un local bien acondicionado, mejor que el de la calle Mayor. Había sillas y bancos y tenía escenario, butacas y general. “Me acuerdo que para darle algo de emoción ponían música con un gramófono. Era mudo, que iba yo de chico a verlo.” (Ambrosio Gan, espectador. 1922). Cuando cerró, según el anuario La Cinematografía en España, 1933-34, tenía un equipo sonoro Cinemecánica.
CINE GOYA (Avenida Zaragoza. 1933-1973)
Antes de empezar la Guerra Civil un 47% del total de los cines en España son sonoros, quince en Teruel, incluido el Teatro-Cine que cierra cuando abre el Cine Goya con equipo Supersound. Este cine lo hizo construir al mismo tiempo que su casa y al lado, Francisco Robres Molero, alias el Pancho, tras volver con dinero de Méjico, en una zona de huertas.
ENRIQUE GARRALAGA.
Un personaje clave en esta pequeña historia. Licenciado en ciencias químicas, en 1948 se hace cargo de la gestión del Goya y dos años después se casa con la hija del dueño. De profesión empresario cinematográfico, Garralaga tuvo cinco cines: en Híjar, Albalate del Arzobispo, Oliete, Muniesa y Torres de Berrellén (Zaragoza), cine que traspasó en 1954. Su figura como empresario dedicado solo al cine es muy poco frecuente; lo normal era que el negocio del cine fuese un ingreso más, no el principal.
“Cuando cogí yo las cosas hicimos las paces con los del Coliseum, así que desde junio del año 49 a finales de 1954 trabajamos juntos, entonces el propietario era de Barcelona, se llamaba Miguel Targa, luego él lo vendió a Sorribas y López, que querían explotar el negocio y yo les estorbaba, por lo que de 1955 a 1958 me alquilaron el Goya para tenerlo cerrado, hasta que se dieron cuenta de que me pagaban más de lo que sacaban, así que de 1959 en adelante decidimos colaborar y abrir los dos: nos repartíamos los días y las distribuidoras; cogíamos el calendario y una semana cada uno, las fiestas dábamos sesión los dos.” (Enrique Garralaga, empresario, 1917).
El hecho de explotar varios cines permitió a Garralaga lo que se llamaba un contrato a varias plazas, disponiendo de la película alquilada durante toda una semana, mientras que lo habitual no era eso: lo habitual era que la película llegará el viernes en tren a la estación de la Puebla de Híjar y el autobús la llevara al pueblo; el sábado se montaban los rollos y esa noche y el domingo se proyectaba; el lunes, en el primer coche la película viajaba hasta La Puebla donde la facturaban a Barcelona, que era donde se contrataba (el mapa cinematográfico de España estaba dividido en siete regiones y Aragón pertenecía a Cataluña); de este modo el saco con los rollos de la película llegaba a su destino el martes o el miércoles, o sea, estaba bloqueada para el distribuidor entre 4 y 5 días, pues había que repasarla, por lo que esa semana no iba a poder programarla nadie. Por eso, si se alquilaba para dos días en dos cines “te la dejaban toda la semana, y yo hacía contratos a tres porque Oliete y Muniesa no me hacían cine más que el domingo, Albalate e Híjar, sábado y domingo y algún jueves. A mí la película me salía más barata y me ahorraba portes. Se hacía sábados noche y domingos tarde y noche. Cuando iban más era el domingo por la tarde, que es como acabó siendo.
Poníamos las fotos del cine en la carretera, y en la pizarra se anunciaba la hora. Folletos de esos dábamos pocas veces, tenían un inconveniente: había que encargar quinientos o mil, quinientos eran pocos, mil eran muchos, y luego había que imprimirlos por detrás echándole tomate, que a veces era mentira, y luego había que distribuirlos.
CINE COLISEUM (Calle Mayor. 1941-1975)
( Cine Coliseum, año 1993. )
La construcción es de 1940 y la apertura de 1941. Se construyó excavando en la ladera debajo del castillo, lo que dio algunos problemas, y así el 23 de setiembre de 1951, afortunadamente tras acabar la sesión, se hundió el techo.
“Tenía patio y gallinero, que le decíamos; justo debajo del gallinero estaba el ambigú al que se salía en el descanso. Era más pequeño que el Goya, pero muy bonito, muy recogido.
Yo pintaba los títulos con un clarión en una pizarra y abajo con unas chinchetas ponía las mejores escenas, sin orden, que siempre venían 8-10 carteles de fotos bonitas, y la gente las miraba y si les parecía emocionante pues iban. NODO, película y descanso, que poníamos algún cliché, pocos, de publicidad y la película del próximo domingo”. (AmbrosioGan, operador. 1922).
AULA DE CULTURA DE LA CASA DEL HIJARANO.
Finalmente en los años 70 y 80, se emitieron peliculas en la Aula de Cultura de la Casa del Hijarano , los viernes por la noche y en la tarde de los domingos.
Información facilitada por Luis Puerto, Ambrosio Gan y Enrique Garralaga.
Autor : Angel Gonzalvo Vallespin .
Fuente: Revista Cabiria. ( Eco de Teruel )
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