domingo, 15 de septiembre de 2024

¡FELIZ ANIVERSARIO!. Autora : Teresa Rubira.



Con fecha 4 de diciembre del 88, El Día de Aragón (periódico), comenzaba a publicar veinte capítulos de la biografía de José Iranzo, (El Pastor de Andorra), escritos magistralmente por Joaquín Carbonell. 

Conservo como un tesoro todas esas hojas amarillean por el paso de los años,  porque contienen hermosos textos, preciosas fotos, y porque todo lo que concierne a mi tierra y a su gente tiene un gran valor para mí. Sé que se editó un libro y un cassette con sus mejores canciones. ¡Ya me gustaría tenerlo también!

Pero, lo que aquí voy a tratar de resumir (aunque coincida), pertenece a lo que hablamos durante un gozoso día del Pilar que tuve el placer de compartir con él en Alicante, cuando vino a actuar para el Centro Aragonés. Por cierto, llamé a Sor Carmen Parra, y pasamos los tres una jornada inolvidable.

Estoy de acuerdo en que José era un “fenómeno cultural y social”, un hombre “sencillo, natural, sensible,  espontáneo y, por encima de todo, esposo, padre y pastor”. 

Yo, que había leído con detalle todos esos capítulos llenos de anécdotas ¡qué ratos más buenos, divertidos a veces, tiernos otras, serios también!, estaba deseosa de preguntarle, de saber por su boca algún detalle más, por pequeño que fuera. Pero el día se hizo demasiado corto.

Hablaba con devoción de su Pascuala, con la que aseguró no haber discutido nunca. De su familia, su campo y su ganado.  De cómo había cantado en Londres, París, Bélgica, Holanda; de su actuación ante los reyes Juliana y Bernardo. También en Alemania, Cuba, México, New York, (el primer jotero que canta una jota en inglés para los Kennedy); en Fez… Sus premios, sus medallas, sus discos por todo el mundo, su cena con Fraga, su contacto con Esteso, con el Rey,  “Y muchas cosas que me olvidaré, seguro, porque no tenemos tiempo”, me dijo. 

No hubo nada nuevo, pero el abrazo que nos dimos al despedirnos, fue como una rúbrica, como un anexo a todo lo que conocía de su vida. Y lo conservo dentro, donde nada amarillea.

¿Y, por qué nos acordamos especialmente de él, de ellos, en este día 15 de septiembre? ¡Porque sería su aniversario de boda! 

Allí donde estén, junticos como siempre, seguro que Pascuala y José lo estarán celebrando también. Y sabrán que no los olvidamos.

Aprovechamos para extender nuestra felicitación a todas las parejas que tengan este mismo día como aniversario de su boda. ¡Enhorabuena y mucho amor! Para los ausentes, nuestro mejor recuerdo y cariño.


Autora :  Teresa Rubira.


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