Al entrar por la puerta, pasabas por un arco de relieves de piedras, con simbolos de cruces y flores. El patio era amplio, alargado y el suelo era de tierra, y al frente a la derecha, te encontrabas con las escaleras, que tenían un barandado de yeso.
Junto al patío había dos cuartos bajos y una luna, en uno de los cuartos bajos, el que daba más a la plaza, tenia un hermoso techo de madera, con dibujos, bolas y adornos, que nos han dicho que debía ser el despacho del Rabi.
Al subir por las escaleras, te encontrabas un edificio de dos plantas. En la primera de ellas, tenia comunicación con la sinagoga, a través de una ventana, que se comunicaba con el interior del recinto, por el cual los conversos, nostálgicos de su antigua religión podrían presenciar sin ser vistos los oficios litúrgicos. También hemos podido saber, que por la otra vivienda que esta a la derecha entrando a la sinagoga, viniendo por la Cuesta del Olmo, también se comunicaba con la sinagoga a través de un arco.
El techo de madera estaba arriba lo que llamamos mirador era negro muy bonito como si fuera caoba
ResponderEliminarLo que había abajo era un cuarto que le llamábamos cuarto cuarto del santo por una capilla que estaba a la izquierda entrando ,yo recuerdo una talla de aproximadamente un metro q me daba miedo ,era como el pelarzo de un impelte pero metro
¡Ay, qué interesante! Me hubiera encantado conocer la casa.
ResponderEliminarTodo referente a nuestra localidad es interesante, yo solamente me recuerdo al matrimonio, variando la lana.
ResponderEliminarYa tengo algo más que contar de mi pueblo