¡Y las torres al fondo! ¡Qué pena verlo desaparecer todo! Nos recuerda a las personas que allí trabajaron (entre ellos mi primo el Faroles que en paz descanse, y a la familia Clavero que tanta simpatía demostraban siempre con las torreras Rubiricas cuando merodeábamos por allí.
¡Y las torres al fondo! ¡Qué pena verlo desaparecer todo! Nos recuerda a las personas que allí trabajaron (entre ellos mi primo el Faroles que en paz descanse, y a la familia Clavero que tanta simpatía demostraban siempre con las torreras Rubiricas cuando merodeábamos por allí.
ResponderEliminar