ENTREVISTA. Víctor Guiu Aguilar (Híjar, 1978) publica ‘Calvarios. Artículos, columnas y caricias’, un compendio de artículos de opinión publicados en diferentes medios desde inicios de los 2000
El hijarano es licenciado en Historia y profesor en el instituto de Secundaria de su localidad. Su activismo social le llevó a escribir pronto y a comienzos de los 2000 comenzó a publicar periódicamente en La COMARCA y, cada vez, en más medios y donde se lo han pedido. Con ‘Calvarios’ sigue aumentando una lista extensa de libros de poemas, relatos e incluso un «mal tratado» sobre la educación, su publicación anterior a la que tituló ‘Restar llevando’. ‘Calvarios’ sale de la mano de la editorial Fragolino con el alcañizano Sergio Grao Palos al frente, quien ha querido y ha conseguido sorprender al autor porque, además de la recopilación de artículos y columnas de opinión, ha reunido a un buen puñado de personas cercanas a Guiu sin que él estuviera al tanto para que escriban sobre él los prólogos y contraportada. Entre ellos, Eva Defior, directora de La COMARCA; Chema López Juderías, exdirector de Diario de Teruel; además de Davod Giménez, Juan Luis Saldaña o Enrique Cebrián Zazurca. Tampoco la cubierta se ha dejado al azar y va ilustrada con una fotografía de otra firma amiga como la de Isidro Ferrer.
¿Por qué llega ‘Calvarios’? ¿Es una necesidad de mirar atrás?
Hace años que le rondaba en la cabeza a Sergio Grao, el responsable de la editorial Fragolino. La verdad es que ha sido un regalo más que otra cosa. No es que yo tenga una relevancia espectacular en el ámbito periodístico ni de opinión más que la importancia que se me pueda dar en un momento dado porque diga algo y a alguien le parezca bien o le parezca mal. Y, además, si te hacen este regalo con una portada de Isidro Ferrer y la colaboración de un montón de amigos y conocidos que hablan tan bien de ti…, no sé, no tienes palabras.
Lo escrito se queda en el papel y tú no te muerdes la lengua. ¿Tus opiniones te han traído alguna consecuencia negativa?
Muchísimos problemas desde todos los puntos de vista que puedas imaginar: a nivel de trabajo, de presiones a amigos míos… En el libro hay cosas que ahora escribiría de otra manera y otras que incluso no las escribiría. Tuve la suerte o la desgracia de empezar a hacer cosas en la zona con apenas 20 años y tengo casi 50. La ignorancia en ese sentido es muy valiente y quieres hacer las cosas bien y luchar contra todo y contra todos y siempre te generas enemistades por lo que dices y, en esa época en la que era tan valiente, seguramente también me generaría alguna enemistad por cómo lo decía. Eso lo entiendes ahora, cuando tienes más edad.
¿Cómo has evolucionado?
Tener más años te da haberte hecho un estilo y utilizar los recursos de la ironía y el sarcasmo con más facilidad y a lo mejor también con otro tono. En según qué harinas te metes, aunque eso que criticas pase en todas partes, en el medio rural es más fácil identificar a la gente. También te digo que me gustaría haber visto todo eso con la perspectiva de si hubiera habido redes sociales en 2004, entonces sí que hubiera sido la hostia. Ahora me limito a utilizar las redes como una forma de volcar lo que escribo sin entrar mucho en guerras y guerrillas.
Pues se hubiera amplificado todo.
Estos problemas de los que hablamos hubieran trascendido porque en la época antes de redes el poder en general aplicaba el silencio: no contestaba y ya está. También es verdad que en ciertos sectores políticos en el medio rural les cae muy mal que les digan algo porque siempre han hecho lo que han querido y que venga alguien y les recrimine algo… Ahora están más acostumbrados con las redes, pero se echaban las manos a la cabeza. Yo tampoco me escondo y he estado en muchos frentes, también en el político muchas veces y eso no ayuda. No sé si el mensaje ha llegado, pero que se recopile y quede para siempre en un librico, pues bueno… una cosica más que dejamos.
Callarte no te callas, pero has aprendido a decirlo con más estilo.
Eres más viejo y sabes más, pero a veces dan ganas de decir las cosas como hace 25 años.
David Giménez dice en ‘Calvarios’: ‘A Víctor no le parece casi nada bien’. ¿Qué te pasa con el mundo?
(Ríe) Con 20 años ya era un cascarrabias y eso no va a menos. Aparte, es que si no me conoces y solo me ves y me lees, doy una imagen que parece siempre estoy enfadado, pero no. Lo que pasa es que la gente en general no analizamos las cosas que pasan, nos quedamos en la explicación fácil a problemas complejos. La persona que es un poco crítica con las cosas que le rodean tiene que ser cascarrabias por naturaleza.
Siempre has confiado y defendido a los medios de comunicación locales. ¿Qué papel tenemos? Ahora hay redes, pero antes era la única forma de publicar.
Todos entendemos en qué liga jugamos. Hacemos las cosas lo mejor posible y la geografía es importante a la hora de crear o de hacer cosas. Nacer y querer vivir y querer crear en un sitio determinado, condiciona mucho luego la repercusión que pueda tener lo que hagas o lo que digas. Tengo muchos años y el ego ya alimentado, no es una cosa que me preocupa. Más allá de épocas o cosas criticables en los medios, en la provincia de Teruel tenemos luna suerte brutal porque la gente que hace cosas quedan para siempre. Si haces algo y La COMARCA, Diario de Teruel, Onda Cero Teruel o Radio La Comarca Cadenas Ser en Alcañiz lo recogen y reflejan, queda para siempre. ¿Dónde quedarán los tuits o los vídeos de Instagram? Eso no lo sabe nadie. Y, además, las redes se nutren de lo que se dice en los medios. Y, mira que he dicho barbaridades y he tenido problemas con mucha gente, pero nunca jamás me han censurado ningún artículo en ningún sitio y lo podían haber hecho. Ya no sé si es porque lo que decía tenía cierta autoridad o es porque no tenía ninguna y decían: «pues que diga lo que quiera» (ríe).
Has empujado a tus alumnos a ser columnistas con ‘Generación en plan’ en La COMARCA. Se agradece ese esfuerzo con la juventud.
Es difícil liar a adolescentes en cualquier movida y ven a los medios locales como algo lejano, pero también nosotros los veíamos así a esa edad. Yo daba Oratoria y se propuso en clase y se trabaja durante un par de días en grupos: uno elabora la conclusión, otro desarrolla un par de argumentos, otro un par de frases más literarias… Son pequeñas cosas para que vean que participan de su sociedad con lo complicado que es eso ahora, ya sabes lo crítico que soy con el tema educativo.
¿Eres más optimista desde que publicaste ‘Restar llevando’?
Escribí el libro con el acento y el tono con el que suelo escribir este tipo de libros y es todo una pena porque se está dejando a las clases populares sin conocimiento y sin educación. No sólo en la ley, es que no nos estamos dando cuenta porque nos están vendiendo la moto de las nuevas pedagogías y aquí llevamos más de 2.000 años dando clase de la misma manera, aunque haya cosas a mejorar. Y desde el punto de vista ideológico, a mí que esto se fomente desde supuestos gobiernos progresistas, me da mucho palo. Nadie está poniendo remedio.
¿Qué sientes al releer tus escritos de ‘Calvarios’? ¿Algo ha cambiado?
Vivimos un tiempo muy peligroso, la gente no le da importancia al conocimiento, a la verdad. Hay verdades -o axiomas- más o menos absolutas para que todos nos entendamos, pero desde el momento en el que la mentira triunfa da igual lo que digas. Sólo hay que ver el ámbito político de todo el mundo. Soy profesor de Historia y lo que nos viene es peligroso porque se reconocen elementos que ya hemos vivido. Está ahí, otra cosa es que no nos queramos dar cuenta, y la educación tendría que jugar un papel muy importante y no lo está jugando.
Fuente : www.lacomarca.net
Una publicación siempre encierra tiempo y esfuerzo. Enhorabuena.
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