domingo, 22 de mayo de 2022

INTELIGENCIA ARTIFICIAL. Autor : Enrique Garralaga Robres

 

El significado de la expresión “Inteligencia Artificial”, tan de moda actualmente, puede resultar engañoso o confuso para muchas personas. Me gustaría hacer algunas aclaraciones.

Comenzaré por establecer una comparación. Como soy muy aficionado a la aviación, se me ocurre el ejemplo siguiente: Es casi seguro que usted habrá oído hablar, bien en películas, o en informativos de televisión, o en prensa, de que algunos aviones, sobre todos los de las líneas aéreas, disponen de un “Piloto Automático”. Enseguida imaginamos que este dispositivo es una maravilla, que permite que el piloto humano pueda descansar y relajarse tranquilamente, puesto que este “Piloto Automático” se encarga de todo. Por supuesto, no existe ningún peligro; el piloto automático lo hace todo a la perfección; no comete, ni puede cometer, ningún error.


Cabina de vuelo - Wikipedia, la enciclopedia libre


La realidad es bien distinta. El piloto automático, lo único que hace es mantener (cuando el piloto humano lo ha programado convenientemente) la altura y el rumbo del avión. Suponga ahora que usted es el piloto humano y que ha puesto en funcionamiento el piloto automático. No se le ocurra dormirse, porque si se da la casualidad de que en la misma dirección en la que usted programó el piloto automático, a lo lejos hay una montaña muy alta, cuando el avión llegue allí, el piloto automático mantendrá la altura programada sobre el suelo, no hará nada por sobrepasar la montaña, y chocará contra ella.

El piloto automático tampoco tendrá en cuenta la conveniencia de ganar o perder altura para evitar tormentas peligrosas, o de variar el rumbo para corregir la desviación que provocan las corrientes de aire, ni tendrá en cuenta si queda poco o mucho combustible en los depósitos, etc. Aun así, es un artilugio muy útil, porque ayuda a que el piloto humano pueda prestar atención momentáneamente a las instrucciones que va recibiendo por radio de los controladores aéreos, y a otros muchos menesteres. También puede ayudar algo en los despegues, pero en lo que respecta a las maniobras complicadas, como la toma de tierra, especialmente en condiciones difíciles, no existe piloto automático que las pueda realizar. Siempre las efectúa el piloto humano.

En otras palabras: la expresión “Piloto Automático” es muy exagerada. Es un nombre que no hace justicia a lo poco que en realidad puede hacer este dispositivo. Para ser un piloto de aerolíneas experto, hay que tener grandes conocimientos teóricos y prácticos de mecánica, de motores, de aerodinámica, de códigos de navegación, de legislación, etc, y muchas horas de vuelo. Pero de entre todos los conocimientos y habilidades que son necesarios para pilotar eficazmente un avión, resulta que hay dos tareas que se pueden automatizar, a saber: mantener la altura y el rumbo constantes. Esto se consigue, no razonando, como lo haría un humano, sino mediante unos sensores, que están constantemente midiendo la altura y la dirección del vuelo. Estos sensores, a su vez controlan automáticamente los timones de profundidad y el timón de deriva del avión.

Si la comparación entre el “Piloto Automático” y el “Piloto Humano” le parece que está muy descompensada a favor de este último, sepa que la comparación entre la llamada “Inteligencia Artificial” y la “Inteligencia Humana” está todavía mucho más descompensada a favor del humano. Esto no quiere decir que la Inteligencia Artificial no sirva para nada, ni mucho menos. Al contrario, es utilísima, y cada día tendrá más importancia en relación con el quehacer y la vida diaria de los humanos. Y se investiga constantemente para irla perfeccionando día a día.


Muy Alta Resolución 3d De Un Cerebro Humano. Fotos, Retratos, Imágenes Y  Fotografía De Archivo Libres De Derecho. Image 26488750.


Entonces, ¿Qué puede hacer la Inteligencia Artificial, y qué no puede? ¿Cuáles son sus límites? Vamos a intentar aclararlo un poco. La primera dificultad radica en que definir “Inteligencia Humana” es muy difícil, porque abarca aspectos enormemente diferentes y muy variados. No solemos detenernos a pensar en que un cerebro humano normal (no hablo aquí de los superdotados) es una máquina absolutamente maravillosa, capaz de efectuar tareas muy, muy variadas y también muy, muy complicadas. Además tiene un tamaño sorprendentemente pequeño para todo lo que es capaz de hacer.

Toda máquina artificial, por muy sofisticada que sea: un superordenador, el sistema de navegación GPS, un radar, un satélite espía, un misil que persigue a su blanco aunque éste sea móvil, etc, ha sido diseñada por seres humanos. Y eso es posible porque se comprenden bien los principios físicos en los que se basa su funcionamiento. Pero el cerebro humano es tan enormemente complicado que no se entiende bien cómo funciona. Se han hecho muchos progresos últimamente, pero aun así falta muchísimo por descubrir. Todavía sigue siendo una máquina cuyas entrañas no entendemos.

Evidentemente, en estas condiciones, es fácil suponer que lo único que podemos hacer es limitarnos a observar alguna de las tareas que puede hacer un humano, e intentar imitarlas, aunque no necesariamente de forma inteligente, como lo haría un ser humano, sino como buenamente se pueda, aunque sea de manera rudimentaria. En esto, y solamente en esto, consiste hoy en día la “Inteligencia Artificial”. Hay que insistir en que hasta que no se consiga comprender bien el funcionamiento del cerebro, no podrán existir esos robots tan perfectos, o a veces tan malignos, que protagonizan tantas y tantas historias y películas de ciencia ficción.  


IBM crea Sequoia, el superordenador más rápido del mundo


No es posible describir, en un artículo de divulgación como éste, la manera tan extraordinariamente torpe como efectúan los ordenadores actuales sus cálculos numéricos (para ello, sólo tienen a su disposición dos cifras: el 0 y el 1). Sus “razonamientos” se basan en las llamadas “puertas lógicas” (que son unos dispositivos nada sutiles). Pero tienen la ventaja de que cada operación numérica o lógica la efectúan en menos de una millonésima de segundo. Así pues, aunque para poder llegar al resultado final de operaciones que son relativamente simples, tienen que dar una enorme cantidad de rodeos y de pasos consecutivos, a veces excesivamente farragosos, las pueden terminar en un tiempo muy breve. En esta rapidez consiste la principal utilidad de los ordenadores.

Así se comprende que la Informática sea una Ciencia difícil. Si los ordenadores fueran “listos”, no se necesitaría mucho ingenio ni mucho trabajo para que comprendieran enseguida qué es lo que queremos que hagan. Pero como no lo son, hay que discurrir muchísimo, y dar muchas vueltas para programarlos y conseguir que nos entiendan. La verdad es que conociendo la forma tan rudimentaria como funciona internamente un ordenador, hay que “quitarse el sombrero” ante el ingenio que manifiestan los Ingenieros Informáticos para conseguir obtener de ellos unos resultados extraordinarios, que van desde poder gestionar cantidades inmensas de datos, hasta abarcar campos tan absolutamente diversos, que hoy en día cuesta encontrar una actividad humana que no recurra nunca a ellos.

Es posible que a usted le haya llegado la noticia de que actualmente se ha conseguido que los ordenadores “aprendan”. Pero esto solo es posible en relación con un repertorio muy limitado de actividades concretas. No aprenden en el mismo sentido que los humanos.


El procesador Sycamore de Google montado en un criostato, utilizado recientemente para demostrar la supremacía cuántica y la simulación de química cuántica más grande en una computadora cuántica. / Rocco Ceselin


En un futuro que aún no está inmediatamente a la vista, porque todavía quedan por superar bastantes dificultades físicas y técnicas, serán posibles los llamados “ordenadores cuánticos”. En lugar de efectuar operaciones matemáticas y lógicas con sólo dos cifras (el 0 y el 1), tendrán a su disposición, no solo las diez que usamos los humanos (desde el 0 hasta el 9) sino aun muchas más, si así se desea. Aunque pueda parecer un detalle poco importante, esto les permitirá tener una capacidad de cálculo y una velocidad verdaderamente asombrosas, muy superiores a las de los ordenadores actuales. Pero seguirán siendo máquinas, y nada más que eso.

Hasta que no se condigan desentrañar los complejos mecanismos que tiene lugar dentro del cerebro humano, los ordenadores seguirán siendo absolutamente incapaces de poseer las maravillosas facultades que caracterizan al género humano, y en las que tan pocas veces pensamos. Me refiero, por ejemplo, a las sensaciones estéticas (es decir, al gusto por la música, la poesía, las artes plásticas…), o bien a los sentimientos (tales como el amor, el odio, la ternura, la alegría…), o al tipo de carácter (¿nos podemos imaginar un ordenador chistoso, o pesimista, o vicioso?) y tantas otras características exclusivamente humanas. Personalmente, creo que la facultad humana más difícil de conseguir artificialmente pueda ser la “Creatividad”. Quizá sea inalcanzable.

¿Será posible que se llegue alguna vez a fabricar “Inteligencia Artificial” comparable o incluso superior a la humana? Muchos científicos opinan que no, pero nunca se sabe hasta donde se podrá llegar en el futuro. En todo caso, si eso llega a suceder, no será pronto.



Autor : Enrique Garralaga Robres.


7 comentarios:

  1. Muy interesante reflexión amigo .

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  2. La inteligencia artificial está unos 30 años más avanzada de lo que describe el artículo dejado atrás el desarrollo de la lógica borrosa (autoaprendizaje del sistema), estando en pleno auge el desarrollo del metaverso.

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  3. Enrique Garralaga Robres23 de mayo de 2022, 9:06

    Desde un punto de vista estrictamente conceptual, y por lo que respecta a la inteligencia artificial en sí, el metaverso no supone ningún avance.
    Es, simplemente, una mejora técnica importante; eso sí, muy espectacular y con grandes espectativas desde un punto de vista comercial. Hace una combinación muy inteligente de técnicas avanzadas de programación y dispositivos periféricos, que dan una sensación, muy lograda, de realidad virtual.
    También tendrá aplicaciones prácticas e industriales muy importantes. Pero eso no supone que el metaverso implique que los equipos con los que se consigue sean más "inteligentes" que los que había hasta ahora.

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  4. Quiero constatar acerca de que robot diseñado para ajedrez logró ganar al campeón mundial de ajedrez
    yo creo que en breve se dará un gran avance capaz de cambiar la vida

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  5. Enrique Garralaga23 de mayo de 2022, 12:16

    Desde un punto de vista estrictamente conceptual, el metaverso no supone ningún avance en inteligencia artificial.
    El metaverso combina muy eficazmente técnicas avanzadas de programación con modernos dispositivos periféricos, que consiguen una sensación muy lograda de realidad virtual. Tendrá un impacto comercial tremendo (ya se están preparando para ello las empresas más importantes) y no sólo en el campo de los video-juegos, sino que también tendrá importantes aplicaciones industriales, para el diseño, y quién sabe para cuantas aplicaciones más.
    Pero no aporta esencialmente nada nuevo en relación con la inteligencia artificial.

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  6. JOSE ANTONIO LOREN SANCHO24 de mayo de 2022, 17:12

    Siempre interesante todo aquello que publicas .
    Gracias Enrique.

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