Este es un poema dedicado a cada ciudadano de Ucrania, que lucha sin tregua.
Said Royo ha terminado su segunda novela, después de tres años de correcciones y trabajo, " Ukrayintsiv virshi ".
JERSÓN DE SOL .
Invierno, ¿dicen? Jersón. De las huellas de tus botas, conspirando un diapasón
en vital de tus cosechas, tallo a tallo, hierba a hierba, flor en flor, que centellea,
piensa en girasol sonriente, sin enemigo silente desde el alba hasta poniente,
cada pétalo helado, tú amarillo anaranjado, que dormido habrás estado
bajo los astros fatales, bombardeos infernales de brújulas diametrales
bruñido en flor humillante, del contendiente distante de contrito corazón.
Los harapos y la sangre, y glóbulo incandescente, pobladas y empalizadas
piedra a piedra, ser tras ser, musgo helado y encarnado, verde intenso amanecer
y en tensión, de tus astillas rebrotarán tus semillas, y pétalos en candor
expectante y oleosa, de campesino de bronce y de broncínea señora
sentados inmensamente, sobre piedra incandescente un incansable castor,
largos días resistente a los metales del triste y endiablado luchador,
del afinado clamor de tu pueblo del que escriban las leyendas de su amor.
Del fondo de los tinteros brotará sangre y carbón, y más tarde resonante
como la piel de un vibrante, un solo latido, uno más, y tras de este un millón,
se rezurcirán a sí los paños de uniformes perforados, que brillarán como el sol,
como una orquesta afinada, de instrumentales y galas, y de palacios dolientes
con los recuerdos presentes, y los pasos humeantes, de vuestros héroes galantes
y de heroínas conscientes, los violonchelos cantantes corales de viva voz.
Tú no te rindes, Jersón. Nos lo dicen en las radios, de noticieros distantes,
de quebradizos diamantes, sobre tormentas silbantes y los copos en sazón,
sobre la tez blanquecina, Oleksandra y Katerina, con sus frentes arrugadas
por vista un nuevo mañana, con los galones restantes y brazos en cabestrillo
de los andares errantes de muchachos malheridos y madres desesperadas
en firme: un gran pasillo, cada bala una semilla, de maíz y de cañón
desfilando sobre el lodo, cada mirada un ladrillo, por alegría, un castillo,
y por final, la victoria, que la vida se abre a vida, y la historia a ti, Jersón.
Autor : Said Royo.