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lunes, 27 de septiembre de 2021

¿ CONOCES EL CAMINO DE LOS PILONES , EN LA PROVINCIA DE TERUEL. ?




Sin lugar a dudas una de las grandes curiosidades de nuestra provincia. Es increíble lo mucho que trabajaban los antiguos para vencer las inclemencias meteorológicas. Este camino es buena muestra del sistema de balizamiento antinieve usado por nuestros antepasados. Un sistema “PIEDRA a PIEDRA”, “PEIRÓN a PEIRÓN”, para no desviarse de la ruta cuando nos encontramos un grueso manto de nieve.

Pese a que los pilones fueron edificados entre los siglos XVII y XVIII, cuando el Maestrazgo todavía pertenecía a “La ruta de la lana”, elemento este muy apreciado por mercaderes de medio mundo, se construyeron sobre un camino histórico, de antaño, uno de esos caminos cuyo firme ha sido pisado por varias civilizaciones.

De hecho en plena conquista del Reino de Valencia, en el año 1232, cuando el Rey Jaime I se encontraba en Teruel preparando la estrategia para asaltar Burriana por recomendación de Don Blasco de Alagón, este aprovechaba para tomar Morella, apelando al compromiso real de que toda ciudad o fortaleza conquistada por el de Alagón seria para él.

Cuando la noticia llego a su majestad “El conquistador”, enfureció. Morella era una plaza demasiado importante para pertenecer a otro que no fuera el Rey. Marcho entonces Jaime I sobre Morella, tomando el camino en el que hoy encontramos los pilones, con el fin de “convencer” a Don Blasco de que aquella fortaleza debía ser de la Corona. Aprovecho el camino para hacerse con Ares del Maestre, otra importante plaza, para posteriormente negociar con el de Alagón la entrega de la imponente villa de Morella. Como compensación el noble caballero aragonés fue recompensado un año después con el señorío de Sastago (Zaragoza). Sus descendientes se convertirían en CONDES DE SASTAGO, importante linaje aragonés.

“El conocido como “Camino de los Pilones” es un camino histórico, un tramo de un antiguo Camino Real entre Teruel y las poblaciones del Levante, por el Maestrazgo turolense. Se conserva en toda su extensión el tramo que comunicaba las poblaciones de Villarroya de los Pinares y Allepuz en Teruel, a lo largo de un recorrido de casi 6 kilómetros; aunque también se pueden encontrar vestigios de este antiguo camino en la Partida de la Nave, en la loma del Pinar entre Fortanete y La Iglesuela del Cid, y en el Puerto de Las Cabrillas entre la Iglesuela y el Portell, así como en la zona de Valdelinares.

La costumbre de señalar los caminos con montones de piedras, columnas o árboles es conocida desde la Antigüedad. Este camino medieval fue vía de salida de las materias primas del Maestrazgo, principalmente de la lana. Pudo ser transitado por el rey Jaime I El Conquistador en su camino hacia Peñíscola desde Teruel, pasando por Allepuz y Villarroya de los Pinares, como se deduce del documento “Llibre dels fets o Crónica histórica”.

Probablemente este camino se señalizó con pilones en la Edad Moderna, en el siglo XVIII. En este momento las comunicaciones en España se racionalizaron y mejoraron considerablemente con el fin de facilitar el tránsito, la circulación y el comercio, especialmente en lo que se refiere a la salida de las materias primas de las áreas rurales, y en concreto de la lana, el esparto y los tejidos del Maestrazgo.




La característica principal de este camino es la existencia de unos grandes pilones o hitos, de los que se conservan en la actualidad 113. Fueron construidos con obra de mampostería, piedra y mortero y enlucidos. Son de forma cilíndrica, con mayor diámetro en basamento y remate. Tienen en general una altura aproximada de 2’50 metros y un diámetro de unos 0’65 metros. En cada pilón podemos diferenciar tres partes: basamento, fuste y terminación.

Los pilones se sitúan a los laterales del camino a distancia regular, entre 30 y 50 metros, con el fin de obtener una relación visual entre ellos para no perderse con la ventisca, nieve y niebla, elementos meteorológicos que son frecuentes en este paisaje sin apenas vegetación arbórea. La memoria oral incide en la construcción del camino de los pilones a causa de la frecuente perdida de los viajeros, comerciantes, tratantes, etc. en este paisaje semiárido del Maestrazgo turolense, al cual afectaban todas las inclemencias del tiempo. La señalización para los caminantes es por tanto su principal identidad, constituyendo hoy en día un magnífico ejemplo de las comunicaciones y el intercambio entre poblaciones tal como han venido originándose y sucediendo a lo largo de la historia.”


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