Yo sé, como madre, que mi brújula tiene que señalar siempre hacia la A de amor. Ese fue, es y será mi norte, mi estrella polar.
Con mi mapa en mano, dirijo mis pasos hacia el valle del respeto, donde fluye un río de aguas mansas y florecen bellas flores que alegran mi vista y mi corazón. Alzo mi mirada al inmenso cielo azul en el que deposito toda mi fe y esperanza. Junto mis manos en mi pecho y siento latir mi eterno agradecimiento.
Serena, busco cobijo y descanso a la sombra del gran árbol que mis padres me legaron, y medito…
-No me preocupa que mis hijos no se hagan la cama todos los días. Me interesa más que tengan felices sueños.
-No me preocupa que mis hijos tengan desorden en su habitación. Me interesa más que tengan orden en sus vidas.
-No me preocupa que mis hijos no limpien su habitación. Me interesa más que tengan un corazón puro.
-No me preocupa que mis hijos no me lo cuenten todo. Me interesa más que sean honestos consigo mismos.
-No me preocupa que mis hijos lo dejen todo para el último día. Me interesa más que primero tengan claro lo que desean.
-No me preocupan las notas de mis hijos. Me interesa más que 'noten' que tienen todo mi amor.
-No me preocupa que mis hijos se recojan tarde. Me interesa más que sean responsables libres.
-No me preocupa que mis hijos se dejen los zapatos por en medio. Me interesa más que anden con pie firme.
-No me preocupa que mis hijos me desobedezcan. Me interesa más que sepan tomar sus propias decisiones.
-No me preocupa que mis hijos cometan errores. Me interesa más que aprendan de ellos.
-No me preocupa que mis hijos tengan miedos. Me interesa más darles las herramientas para superarlos.
-No me preocupa que mis hijos tengan problemas. Me interesa más que sepan pedir ayuda sin pudor.
-No me preocupa que mis hijos me lleven la contra. Me interesa más que practiquen la defensa de sus propios criterios.
-No me preocupa que mis hijos tengan amistades que no conozco. Me interesa más cultivar en ellos una adecuada autoestima.
-No me preocupa que mis hijos lleven determinada vestimenta, o que vayan despeinados, o que se hagan tatuajes... Me interesa más su belleza interior.
-No me preocupa que mis hijos no sigan mis pasos. Me interesa más que persigan su estrella.
-No me preocupa que mis hijos no saquen la basura. Me interesa más que en su mente no haya culpa ni rencor.
-No me preocupa que mis hijos se levanten tarde. Me interesa más que sepan levantarse después de cada caída.
-No me preocupa que mis hijos pierdan un partido. Me interesa más que se ganen la confianza y el respeto de los demás.
-No me preocupa que mis hijos sean de una acera o de otra. Me interesa más que practiquen el amor universal.
-No me preocupa que mis hijos sean de izquierdas o de derechas. Me interesa más que estén centrados.
-No me preocupa que mis hijos me mientan. Me interesa más demostrarles que pueden confiar en mí.
-No me preocupa que mis hijos no sean perfectos. Me interesa más que sean humildes de corazón.
-No me preocupa que mis hijos tengan dudas sobre su futuro. Me interesa más saber que viven intensamente su presente.
-No me preocupa que mis hijos vuelen un día del nido. Me interesa más que fortalezcan sus alas para volar alto y que, en cada primavera, vuelvan al árbol que les vio nacer.
-No me preocupa que mis hijos se dediquen a una u otra profesión. Me interesa más que sean felices.
Y a vosotros, padres y madres, os digo: No malgastéis vuestras energías en “pre-ocuparos” por vuestros hijos. Entregaros,en cuerpo y alma, a lo que de verdad os tiene que interesar de ellos: que lleguen a ser, sobre todo, buenas personas, con un gran corazón, y libres.
¡Que el AMOR os guíe!
Autora : Aurelia Garcia.
¡Ay, madre mía! ¿Y cómo se hace todo eso?
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