Aún escucho tu aliento, y tu palabra,
que me hablaba de adiós, de despedida...
Mas del surco tan fiel, que el tiempo labra...
¡¡de ese nunca te irás, querida amiga!!
Con el alma vagando a la deriva
mientras hoy a la Virgen le rezaba,
nuestro rostro de niñas se pintaba
y de infancia, felices, nos vestía.
Y mi pena y mi llanto, te decía:
¡Vuelve, Presen, de nuevo a nuestra escuela!
¡A esos años de calmas y de risas!
¡A sentarnos al banco de algún fuego
que caliente y alumbre de por vida!
¡Vuelve Presen, que duele nuestra herida!
¡Que mereces seguir junto a nosotros
y jugar de tu tiempo otra partida!
¡¡Aún escucho tu aliento y tu palabra!!
Hoy el cielo se viste, se ilumina,
porque llegas portando mil banderas
de coraje, de fuerza, y valentía.
Porque llevas las manos adornadas
del amor tan hermoso a tu familia.
Porque dejas la huella más profunda
y te llevas la paz, y la alegría.
En lo mucho que somos, y que fuimos,
se hace inmensa palabra, la de AMIGA.
No diremos adiós, sino hasta siempre.
¡¡Duele menos así la despedida!!
Descansa en paz.
Autora : Teresa Rubira.