En el día de hoy, llegamos a la calle Doctor Cerrada, conocida por albergar la Biblioteca de Aragón y muy próxima a la antigua facultad de medicina de Zaragoza donde estudió el caballero que hoy le da nombre.
Félix Cerrada fue médico, catedrático y político. Y entre los muchos cargos que ostentó están el de presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, vicerrector de la Universidad de Zaragoza, alcalde de Zaragoza y presidente de la Diputación de Zaragoza, entre otros.
Estudió la fiebre tifoidea encontrando necesaria una mejora en el alcantarillado de la ciudad que llevó a cabo cuando fue alcalde. El objetivo de estas reformas era poder luchar contra el tifus que en aquella época era muy frecuente en Zaragoza.
Tras su muerte y para reconocer toda su labor tanto científica como política se decidió poner su nombre a una calle y se creó un busto con su figura que se ubicó en un pequeño parque que ahora ocupa el parque José Antonio Labordeta. La estructura sufrió muchos actos de vandalismo y hoy por hoy está restaurada sobre un pedestal de piedra sobre el que descansa el busto de bronce de Félix Cerrada con su toga y en una columna cercana la figura alegórica del centauro Quirón, que representa ciencia y arte.
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