Cuando cae la noche en el casco antiguo de Zaragoza el 13 de octubre, las calles cobran vida de una manera especial. Es el Rosario de Cristal, una tradición centenaria, que con su deslumbrante procesión realza las Fiestas del Pilar y conecta a la ciudad con su rica herencia religiosa.
Las Fiestas del Pilar, que atraen a residentes y turistas por igual, son un crisol de actividades que van desde vistosas ofrendas de flores hasta animados conciertos. Y en medio de esta variada paleta de celebraciones, eventos como la Ofrenda de Flores el día 12, la Misa de infantes al amanecer y la Ofrenda de Frutos el 13 de octubre, resaltan el fuerte componente espiritual de estas festividades.
Pero es la procesión del Rosario de Cristal la que deja a la multitud boquiabierta. Con 258 faroles y 15 carrozas de cristal policromado, este acto religioso, que comenzó en el siglo XIX, es una demostración viviente de la fe y la devoción de la ciudad. Inspirados por la fundación de la Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar en 1889, estos faroles iluminados simbolizan las oraciones del rosario, desde los Padrenuestros hasta las Letanías.
Ricardo Magdalena, arquitecto del Ayuntamiento de aquel entonces, fue el encargado de diseñar estas joyas lumínicas. Y año tras año, al atardecer del 13 de octubre, devotos visten sus mejores atuendos, muchos de ellos tradicionales, y marchan solemnemente por las calles del casco antiguo, portando estas preciosas creaciones.
Los faroles que iluminan el recorrido no solo son estéticamente impresionantes, sino que también tienen un valor artístico y cultural profundo. Las vidrieras de colores, trabajadas al horno en el siglo XIX, son testigos del arte y la habilidad de los artesanos de la época.
Además, a lo largo de los años, diversas cofradías y hermandades han donado imágenes y estandartes en agradecimiento a la Virgen del Pilar, enriqueciendo aún más la procesión.
Aunque este evento se lleva a cabo solo una vez al año, aquellos que se lo pierdan o quieran revivir la experiencia pueden hacerlo visitando el Museo de los Faroles y Rosario de Cristal en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. El museo, abierto casi todo el año, permite a los visitantes admirar de cerca la majestuosidad de estas obras y comprender su significado y origen.
Estas festividades, marcadas por la fe y la tradición, reafirman el lugar especial que Zaragoza y la Virgen del Pilar tienen en el corazón de la Hispanidad. Es una celebración que trasciende fronteras y tiempos, convirtiendo las Fiestas del Pilar en uno de los eventos más célebres del mundo.
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