( Joyas elaboradas a partir de los cristales rotos de la carroza Reina de la Hispanidad del Rosario de Cristal . )
Las creaciones que Noël Giménez ha elaborado con los vidrios que se desprendieron de la carroza Reina de la Hispanidad en el accidente que sufrió el año pasado van a servir para sufragar parte de lo que ha costado su restauración.
“Mientras todos recogían los cristales del suelo, vi claro lo que se podía hacer con ellos”. Noël Giménez es la artesana que ha convertido en joyas los fragmentos de vidrio que se desprendieron de la carroza Reina de la Hispanidad cuando durante el Rosario de Cristal del año pasado chocó con un edificio en la calle del Sepulcro. Con los restos que se recuperaron ha diseñado una serie de insignias y colgantes que ahora se pueden adquirir con reserva previa por entre 40 y 60 euros en concepto de donativo. Lo que se recaude servirá para sufragar parte de los 40.000 euros que ha costado la restauración del farol. “Ya hemos entregado un centenar de las 150 piezas que habíamos previsto y es posible que acabemos haciendo más”, afirma esta aficionada a la orfebrería que “no da abasto” y que valora que “de una desgracia ha nacido algo bonito”.
A veces, el destino es caprichoso y lo que empieza siendo un desgraciado accidente puede acabar por convertirse en algo bueno y bello. En esos parámetros se encuadra la historia alrededor del Rosario de Cristal y el incidente que sufrió el pasado 13 de octubre, cuando a su paso por la calle Sepulcro, uno de sus faroles más reconocibles, el de la Hispanidad, tropezó con un balcón que partió algunas de sus banderas. Este suceso podría haberse quedado en una prosaica restauración, sin más encanto que el regreso de la pieza una vez arreglada, pero fue en ese mismo lugar donde alguien tuvo la idea de reaprovechar los fragmentos que yacían en el suelo para elaborar unas joyas que, ahora, valdrán para sufragar parte los desperfectos en esta obra de arte.
Ese alguien fue Noel Giménez, una voluntaria que participa en la organización del Rosario, y de sus manos salen los alrededor de 250 colgantes, 'pines' y pendientes realizados con estos cristales cargados de devoción. Porque el Rosario de Cristal, solo el año pasado, llegó a congregar a 150.000 personas.
Quien recuerda cómo sucedió el accidente y la reacción de Giménez es el coordinador del equipo de trabajo de esta tradicional actividad, Domingo Figueras. Según relata, el golpe lo recibió la parte superior derecha del farol que representa a la Virgen del Pilar sobre una carabela, rodeada por las banderas de la Hispanidad. El impacto afectó, precisa Figueras, a tres de ellas. "En ese mismo momento, pensó -en referencia a Giménez- que esos cristales podían valer para otras cosas", explica, en declaraciones a este diario. De esta forma, y tras solicitar permiso para llevarse los fragmentos, la autora de la idea elaboró las primeras muestras, que presentó a principios de año.
Coloridos y engarzados en latón o plata, sus joyas guardan un trozo de la historia de la ciudad. Concretamente, de un farol elaborado en 1946, obra de los arquitectos José y Manuel Romero Aguirre, que cierra la procesión y que porta un grupo de agentes de la Policía Local. Su precio, cuando se pongan a la venta, será de 40, 50 o 60 euros, aunque también puede haber piezas más especiales, elaboradas con cristales más grandes, cuyo importe también será mayor.
Una completa restauración
"La idea ha gustado mucho, la gente está muy emocionada", afirma Figueras acerca de una iniciativa que dedicará íntegros los beneficios a la restauración del farol. Quien los adquiera tendrá, además, un certificado que acreditará la procedencia del fragmento. Por el momento, los interesados en tener una de estas joyas pueden enviar un correo electrónico a la dirección elrosariotucristal@hotmail.com. Una vez pasen las fiestas del Pilar, desde el Cabildo darán respuesta a las solicitudes por riguroso orden de llegada del mensaje.
El farol de la Hispanidad, por cierto, ya está restaurado. El coste, asumido por el Cabildo de Zaragoza, ha ascendido a 40.000 euros y no se ha limitado solo a la reparación de los cristales. Con estos trabajos también se ha intervenido en el sistema de iluminación y el chasis y la carrocería. Los talleres Arte en Vidrio y Davidglass, de Susana Martín y David López, respectivamente, se han encargado de la cristalería, mientras que Innovitas Ingeniería y JCR Ingenieros lo han hecho de la carrocería y el chasis. Talleres Aurum ha asumido la fabricación y el montaje y Electricidad Millán se ha dedicado a la iluminación.
La semana pasada ya estaba lista la pieza para volver a las calles el próximo domingo, cuando se sumará a las otras 29 carrozas que forman parte de esta tradición nacida a finales del siglo XIX y que, como señala Figueras, desde los año 90 ha resurgido. Ahora, además, muchos de sus devotos podrán llevar un trocito de su historia muy cerca del corazón.
Fuentes :
Heraldo de Aragón.
Periodico de Aragón.
Tony Lasala.
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