En sus aguas, procedentes de la Acequia de Gaen , a traves del ligón , los frailes franciscanos y las monjas clarisas, lavaron incontables veces las ropas de sus habitos y las vajillas existentes en el convento, que termino de construirse en el año 1424.
En sus paredes sentados, en las tardes soleadas de la primavera, cuantas charradas debieron realizar frailes como Basileo de Gea, Leonardo de Iroz, Joaquin de Adios, Miguel de Pamplona , Camilo de Sesma y tantos otros.
El hortelano del convento, duranto muchos años fue, Fr. Bernardo de Linzoain , cuentan que después de coger las mejores frutas y verduras, las lavaba en esta balsa, para llevarlas frescas a la despensa del convento.
Gentes veteranas, nos contaron hace unos años, que los frailes cuando jugaban al fronton, después de terminar las partidas de la pelota vasca, se dirigian a refrescarse con sus cristalinas aguas, arrodillandose sobre la bardera, y secandose con grandes toallas.
A lo largo de la historia, existieron diversos y numerosos torreros de la finca. La cuadra la tenian en sus proximidades, y les daban agua para beber a las caballerias, en grandes calderos , con las aguas procedentes de esta balsa .
Hace pocos años, esta balsa quedo llena de escombros , pero sus recuerdos permaneceran para siempre entre nosotros.
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