El Hotel Son Bunyola, rodeado de viñas, cítricos, almendros y plantaciones de olivos, es un pequeño establecimiento de lujo de 26 habitaciones inaugurado el pasado 16 de junio. En el acto participó su propietario e impulsor, el empresario británico Sir Richard Branson, y muchos de sus colaboradores, entre ellos Vincent Padioleau, director del hotel, y James Berminghan, CEO de Virgin Hotels Collection, una colección de hoteles, islas y retiros en lugares privilegiados de todo el mundo.
Son Bunyola es una casa de campo tradicional que data del siglo XV en una finca de más de 200 hectáreas situada en el municipio de Bañalbufar (Banyalbufar), en las montañas de la Sierra de Tramuntana (a unos 40 minutos en coche de Palma de Mallorca), dentro de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además de la protección paisajística de la sierra, las casas de esta finca están catalogadas como Bien de Interés Cultural, BIC.
Esta protección viene dada sobre todo por la torre de defensa que se conserva, de origen medieval. Además, el complejo se compone de un edificio principal, una tafona o molino de aceite y diversas edificaciones anexas. Del proyecto de reforma se ha encargado el estudio Gras Reynés Arquitectos -cuya sede principal está en Palma- junto a Currie&Brown Project Management, que han liderado un equipo multidisciplinar de diseño. Del interior se ha ocupado el estudio Rialto Living, también mallorquín, mientras que el paisajismo lo firma Jardins de Tramuntana.
El hotel ha abierto con 26 habitaciones y suites, entre las que destacan las dos Tower Suites, una de las cuales está en lo que era originalmente la torre de defensa medieval, quizá del siglo XIII.
El edificio central de la finca es un ejemplo típico de las grandes posesiones que se pueden encontrar en Mallorca, y data aproximadamente del XVI. No obstante, las casas, tal como las conocemos hoy en día, son el producto de muchas modificaciones y reestructuraciones a lo largo de la historia, las últimas en 1931, cuando la posesión fue adquirida por Josep Puig i Canals, empresario de Sóller dedicado a la industria galletera en Venezuela.
En la reforma actual impulsada por Branson también se han rehabilitado tres villas independientes, que ya formaban parte de la propiedad: Sa Punta de S'Aguila (con cinco dormitorios, situada en un camino sobre la costa), Sa Terra Rotja (con cuatro dormitorios situada en un extremo de la propiedad, al lado de la pista de tenis) y Son Balagueret, que se distribuye en tres plantas y dispone de un íntimo patio central, una piscina climatizada privada y vistas panorámicas.
En este entorno de gran lujo, los clientes de Son Bunyola encontrarán dos restaurantes, dirigidos por el chef Samuel G. Galdón; salas de tratamientos de spa y una piscina de 28 metros con jacuzzi.
Quienes deseen sumergirse en la historia y la cultura locales pueden disfrutar de paseos guiados por la finca, dirigidos por Tomàs Vibot, historiador local y autor de un exhaustivo libro de historia sobre Son Bunyola. También hay un servicio de transporte gratuito desde el hotel para explorar algunos de los antiguos pueblos vecinos y algunos de los últimos auténticos pueblos costeros de Mallorca.
Los precios este verano oscilan entre los 950 euros por noche (habitación Sea View) y los 2.850 (Tafona Suite).
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