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jueves, 20 de abril de 2023

LA IMPRENTA EN HIJAR . Autor : Sergio Benitez Moriana .




Se tiene noticia de la imprenta en Híjar desde 1482, siendo una de las más antiguas de la Península,  y  se  caracteriza  por  sus  ediciones  en  caracteres  hebreos,  cuadrados  y rabínicos. La imprenta de Híjar está considerada por Haebler como la más fecunda de las imprentas judías en España. 

La existencia de imprenta en Híjar se debió al interés y protección del primer Duque de Híjar, Don Juan Fernández de Híjar y Cabrera, resaltando la perfección y abundancia del  material  empleado,  utilizando  iniciales  xilográficas,  portadas  orladas,  escudos tipográficos, etc. 

El primer impreso es el Deuteronomio más el comentario de Rachi, acompañado en el mismo volumen de otro texto, el Targum en arameo, que se conserva en el Seminario Teológico  Judío  de  América  en  Nueva  York.  Siendo  impreso  casi  todo  en  papel, curiosamente las  últimas páginas  son en  pergamino.  Por  notas marginales  estuvo en Egipto, donde  fue bastante corregido.  Los tipos hebreos son  de procedencia  italiana.

Este  primer  impreso pertenece a Abraham Maimon Zanete, siendo el único que se conoce de él. Es curioso que ese mismo año se publicara también en una ciudad universitaria de la entidad de Bolonia.   Página del Deuteronomio más el comentario de Rachi, impreso en Ixxar (Híjar) por Abrahm Maimon Zanete .

 Señala Ángel Alcalá Galve que “se  sabe poquísimo de la imprenta hebrea en Híjar, y maravilla que en dicha localidad pudiera existir una imprenta de ese carácter, la única explicación  posible  debe  cifrarse  en  la  vitalidad  secreta  de  las  aljamas  de  algunas localidades  aragonesas  y  en  su  demanda  de  libros  sagrados”.  Señala  Miguel  Ángel Pallarés que los impresores judíos prefirieron la discreción de localidades menores con barrios de su religión para abrir sus oficinas, frente a las grandes ciudades que elegían los impresores cristianos.     En 1485 se instaló en Híjar el impresor judío Eliezer ben Abraham Alantasi, que trabajo allí hasta 1490.

 Haebler considera que  fue la más fecunda de las imprentas judías de España.  Los  caracteres  de los  libros impresos  en Híjar  son  notablemente bellos.  La impresión está dispuesta, en algunas de sus producciones, en tres columnas cada una de un  cuerpo  de letra  diferente, con  las rúbricas  en  un cuarto   cuerpo  más grande.  Se encuentran además iniciales grabadas en madera y otros adornos del mismo carácter, tal como la marca del impresor, que es de dos formas: representa un león rampante solo, o el mismo león combatiendo a caballo. 

 Las  obras  impresas  por  Alantasi  conocidas  hasta  la  fecha  son  cinco.  Dos  de  ellas corresponden a Jacobo ben Asher, rabino de Toledo originario de Colonia:  Orach Chaim (Sendero de la vida), primera obra impresa por Elieser en 1485.  Johre Deha (Indicador de la Ciencia), aparecido en 1487. Más tarde imprime un Pentateuco (1487-88), y otra Biblia hebraica, con comentarios de Solomon  ben  Isaac  (1490).  El  primero  presenta  adornos  similares  a  las  del Deuteronomio de  1482, por  lo que  no habría  que descartar  la posibilidad  de que  se tratase de la misma imprenta y el mismo material tipográfico. 


 En 1486 aparece el Manuale sacramentarum dioecesis Caesaraugustanum, que Haebler supone impreso  en Híjar,  aunque carece de  indicaciones tipográficas.  Se trata de un libro de 104 hojas con signaturas, tamaño folio (28 cm.), texto de 20 líneas por página, impreso  con  una  sola  letrería  gótica  de  mayor  tamaño  a  dos  tintas,  roja  y  negra. Probablemente lo imprimió Alfonso Fernández de Córdoba. Utilizó el perlado francés o puntos  blancos sobre  fondo  negro en  la  orla de  la  primera página, suponiendo  una novedad tipográfica en  España. 

La figura  de Alfonso Fernández  de Córdoba es  muy interesante y ha sido estudiada por Francisco García Craviotto. Vamos a profundizar un poco más en este impresor. Fernández de Córdoba era orfebre y castellano de nacimiento. Se establece en Valencia, donde aparece relacionado con el círculo de la compañía llamada “de los alemanes”. El testimonio  fechado más antiguo de este  impresor  es el  extenso  colofón de  la  Biblia romanzada en valenciano de Bonifacio Ferrer, realizada entre 1477 y 1478, junto a su socio alemán Lamberto Palmart. Fernández de Córdoba trabajó en Valencia entre 1477 y 1485. 



Posteriormente se asoció con los editores Gabriel  Luis de Arinyo y Salomón ben Zalmati, judío natural de Játiva y orfebre de profesión, que Asunción Blasco supone que fuera la misma persona que el mencionado editor Zanete. Empleó la letra gótica de tipos venecianos en todos sus  impresos. Por circunstancias dramáticas de su vida, no aclaradas, le obligan a abandonar Valencia y establecerse en Murcia. Se cree que pudo deberse  a  su  posible  condición  de  judío  converso.  Hay  elementos  de  apoyo  nos conducen  a  su  posterior  establecimiento  en  Híjar,  donde  se  testimonia  además  la participación  del  editor  Salomón  ben  Zalmati.  Ello  se  basa  en  antecedentes bibliográficos, el elemento decorativo de los libros y la vigencia territorial de la materia de los libros que imprime, ya que además del mencionado Manuale, se puede señalar del  mismo  impresor  hoy  día  un  nuevo  incunable  titulado  Capitoles  de  la  Sancta Hermandat en el reino de Aragón, hechos en la Junta de Síndicos de Zaragoza a 18 de diciembre de 1487, y adiciones de 4 de julio de 1488. Ocupa 17 hojas con signaturas, tamaño folio (27 cm.) y texto de 36-39 líneas por página. Entre 1485 y 1490, época de plena actividad de la imprenta de Alantasi, encontramos allí al editor ben Zalmati, su fiel colaborador, que ya había estampado su marca del león rampante en  el Orach  Chaim de  1485. Con  la llegada  de Fernández  de Córdoba se empiezan  a  utilizar  caracteres  latinos  en  Híjar,  que  conviven  con  los  caracteres hebraicos, aunque faltan pruebas de que este impresor los usara. 

Tampoco ha podido determinarse donde aprendió Alantasi el arte de imprimir, aunque se ha afirmado, sin fundamente según craviotto, que tal vez de Fernández de Córdoba. En la extinción  de la imprenta  judaica de Híjar fue decisiva la muerte del Duque en 1491 y el edicto de expulsión de los judíos de Castilla y Aragón en 1492, aunque hay indicios  de  que  se  adelantara. Por  un  lado  consta  que Salomón  ben  Zalmati  no se encontraba ya en  Híjar en  diciembre de  1490, como  prueba un  proceso inquisitorial contra  él  documentado  en  Valencia.  

Por  otro  lado  están  los  incunables  hebraicos portugueses impresos en Lisboa en 1489, que llevan las iniciales del mismo estilo de Fernández de  Córdoba, incluida  su característica  orla grabada.  Este impresor  fue un impresor trashumante, comparable a Nicolás Spindeler o a Diego de Gumiel. La buena  coexistencia cristiano-judía  en Híjar, favorecida  por el duque,  hizo que un converso como Fernández de Córdoba se sintiera a gusto en esta imprenta. A la vez nos explica como el cabildo de la catedral de Zaragoza pudo encargar en Híjar, a través del duque, un libro litúrgico. Sobre posibles contactos entre las imprentas de incunables de Zaragoza e Híjar, donde no hay evidencias fuertes, Pallarés indica que es seguro que la producción  de  ambos  sitios  entraría  en  los  mismos  circuitos  comerciales  del  libro impreso por toda Europa. 

Pero  probablemente  la  imprenta  siguió  funcionando  brevemente,  regentada  por impresores  cristianos. Vindel  recoge  la noticia  de  un  Tractatus  brevise de  articules fidei, de Johannes, patriarca de Alejandría, sin indicaciones tipográficas pero impreso en Híjar hacia 1495. Esta es la última noticia de la imprenta en Híjar, que debió desaparecer un poco más tarde, y ya no reapareció hasta que en 1854 apareció en la villa el “Establecimiento de Ulpiano  Huerta”,  del  cual  solo  conocemos  unas  Ordinaciones  de  la  Alfarda, correspondiente a la villa de Hijar, Urrea de Gaen y Lapuebla (sic). En el siglo XX se publican varios periódicos. En 1918 aparece El Regionalista, dirigido a Joaquín Bernad y en 1922 Los riegos del Martín, por José Antonio Dosset Monzón. Durante la Segunda República aparecen Combate, de la CNT (1937) y 25 División, de la UGT (1937-38).  



Autor : Sergio Benitez Moriana.

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