Hoy se vista la alborada
con renacida ilusión
para enseñar la morada
donde fuiste coronada
Señora de la Asunción.
Entre gozo y emoción
por tu senda de lucero,
se escucha el rezo primero
que desgrana el rosariero
con cariño y devoción.
Tú que gozaste tal don
de subir directa al cielo
como la blanca azucena
de amor y de gracia llena,
¡escucha nuestra oración!
Y así, por tu intercesión,
consigamos el anhelo
de envolvernos en tu velo
para tener el consuelo
del alma y del corazón.
Señora de la Asunción,
cuando agosto nos invita,
tu pueblo acude a la cita.
¡Madre por siempre bendita!
¡Otorga tu bendición!
Autora : Teresa Rubira.
fenomenal.
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