Lo religioso y lo profano se unen en la Semana Santa bajoaragonesa. Nueve pueblos forman la Ruta del Tambor y del Bombo, una entidad creada en 1970 .
Hace casi cuatro décadas, en 1970, y por iniciativa del hijarano Mariano Laborda, Calanda, Alcañiz, Andorra e Híjar decidieron unirse para formar una asociación que “englobara a los pueblos de la misma zona en los que se tocaba el tambor” . En los años siguientes se agregaron Albalate del Arzobispo, Alcorisa, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén.
El 22 de diciembre de 2005, la Semana Santa tierrabajina fue declarada de Interés Turístico Nacional. Esto fue posible “gracias a la labor de todas las gentes del Bajo Aragón, que han mantenido la tradición durante años” . Porque de los 36.000 habitantes que residen en esta comarca, desde la Asociación del Tambor y el Bombo se calcula que un 80% están involucrados en esta conmemoración de una manera u otra. Creyentes o paganos, la Semana Santa invita a participar a todo el mundo que se acerca cada año a sumergirse en una de las tradiciones más antiguas del Bajo Aragón.
Esto es precisamente lo que diferencia a esta fiesta bajoaragonesa, cuyos orígenes se remontan a las Órdenes Militares del Medievo, de la de otros lugares, y también “lo que la hace especial”, coinciden en afirmar los representantes de la junta directiva de la Ruta.
“Romper la Hora” es uno de esos momentos claves que se repite cada Jueves Santo en siete de los nueve pueblos que forman la Ruta y que atrae a muchos curiosos. Perfectamente ataviados con sus túnicas, a excepción de en La Puebla de Híjar, los tamborileros llenan las plazas de sus municipios. A medianoche se hace un silencio sepulcral al que, tras una señal, las mazas y palillos empiezan a golpear bombos y tambores de manera ininterrumpida hasta las 22.00 horas del Sábado Santo.
Según la creencia popular, el origen de este acto, que en Calanda tiene lugar a partir de las 12.00 horas del Viernes Santo, se relaciona con “el momento en que Jesucristo murió y el mundo entero tembló” .
Los andorranos interrumpen el Romper la Hora, para subir en procesión a las 2.00 horas a un monte San Macario jalonado con antorchas de fuego. Los tamborileros “van en procesión a recoger a su Cristo para bajarlo y que así pueda participar en las procesiones” .
Porque junto a los elementos comunes que tienen estos municipios turolenses en la celebración de la Semana Santa, también hay otros aspectos que hacen peculiar y especial a cada uno de ellos.
La diferencia más visual está en el color de los atavíos, que se corresponde a los antiguos partidos judiciales a los que pertenecía cada localidad, según comenta Lourdes Segura en su libro “Percusión e Identidad”. Así, las túnicas de raso, hasta los tobillos, de mangas largas y abrochadas por delante, son negras en Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén. Los alcorisanos y calandinos visten de morado, mientras que los alcañizanos portan atuendos azul celeste. Después, cada pueblo agrega una peculiaridad como el tercerol plisiado o pespunteado, capuchas largas o capirotes, ceñidor, pañuelos blancos o camisa y corbata.
Los poco más de mil habitantes que residen en La Puebla de Híjar participan de formas diferentes en esta fiesta. Precisamente, en este pueblo de la comarca del Bajo Martín donde la colaboración de sus gentes en la Semana Santa es muy importante, como resalta el poblano Segundo Bordonaba, actual Presidente de la Ruta del Tambor y el Bombo .
La ausencia del bombo y la inexistencia de Romper la Hora , son las particularidades de la Semana Santa en Alcañiz, el núcleo más grande y habitado de los que forman la Ruta .
Los alcañizanos no incluyen bombos. Cada Viernes Santo, los albalatinos sacan a hombros a su Nazareno arrodillado. Recorriendo las empedradas, empinadas y estrechas calles, “los tamborileros de esta localidad del Bajo Martín, suben en Vía Crucis hasta el Calvario” .
Desde hace treinta años, cada Viernes Santo a las 17.00 horas Alcorisa acoge la representación del Drama de la Cruz. “Trescientos actores dan vida a la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret en el marco natural del monte Calvario de esta villa” .
Pero sin duda, la mejor manera de conocer esta fiesta es “visitando los nueve pueblos que conforman la Ruta”, coinciden en afirmar desde esta asociación. Allí, tambores y bombos son el nexo de unión de creyentes y profanos en multitud de actos populares que finalizan el Lunes de Pascua.
Autora : Silvia Ainaga.
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