¡Qué tristeza, Señor, cuando la muerte
se nos lleva de pronto un ser querido!
¿Qué decir, cuando apaga su latido
y se rompe hasta el alma, de dolerte?
¿Cómo hallar el camino de ser fuerte
si no encuentras razón por lo perdido?
Hoy Miguel ha volado de su nido
pero sigue mirando desde el cielo,
porque deja su ejemplo, en el desvelo
de buen hijo, buen padre, y buen marido.
Con su siempre su familia, y sus amigos,
a la Virgen pedimos el consuelo
de esa Madre, que cubre con su velo
a cualquier corazón que haya sufrido.
Tú Miguel, fuiste siempre buen modelo,
y jamás caerás en el olvido.
Descansa en paz.
Bonito poema de homenaje a Miguel, tanto él como su familia estarán contentos
ResponderEliminarGran homenaje. Precioso poema, Teresa.
ResponderEliminarGran despedida al “Zailano”
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