Edificio muy interesante, ya que fue durante mucho tiempo (hasta 1492) sinagoga y centro del antiguo barrio judío. Está enclavada en la plaza de San Antón. Junto a ella, hasta 1976, podía verse la casa del rabí.
En la última guerra civil fue desmantelado e incendiado. En 1957 se bendijo un nuevo altar, obra de los hermanos Navarro. El mal estado que presentaba este edificio y su situación de abandono durante un largo espacio de tiempo motivó el desplome en 2010 de parte de la techumbre situada en la zona de los pies de la iglesia, sobre el coro. En 2017, se inicia el procedimiento para la declaración como bien de interés cultural, en la categoría de monumento, de este edificio: resolución, BOA, 18/09/2017; publicación, BOA, 10/10/2017. Finalmente, en marzo de 2018 el Gobierno de Aragón declaró este edificio Bien del Patrimonio Cultural Aragonés (Boletín Oficial de Aragón nº 51 de 2018).
Estos últimos años ha sido objeto de estudios arqueológicos y procesos de restauración. En su subsuelo se localizó durante la excavación arqueológica de 2017 la base y dos de los cuatro pilares de apoyo de la tevá, tribuna donde se leía la Torá. En 2017 se llevaron a cabo obras de restauración de ese edificio, a cargo de la Sociedad Suelo y Vivienda de Aragón, dependiente del Gobierno de Aragón. La intervención se dirigió a subsanar los daños estructurales que presentaba. En 2020 el departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda impulsa, a través de Suelo y Vivienda de Aragón, la continuidad de trabajos de restauración: barandilla del coro, antiguas jácenas del frente del coro y reja de la ventana de la sacristía; colocación de un nuevo pavimento de tarima en la nave y suelo de yeso en el coro; restauración de las puertas de acceso a la iglesia y sacristía; colocación de una estructura de acceso al interior del campanario; e instalación de puntos de luz y elementos de protección contra incendios.
A partir de los estudios arqueológicos llevados a cabo se han identificado restos del siglo XIV y del siglo XV, que se han interpretado como dos fases diferenciadas de su construcción. Esto coincidiría con la información que proporciona una licencia eclesiástica concedida en 1410 por el arzobispo de Zaragoza don García Fernández de Heredia permitía su ampliación y renovación (Riera, 2006, doc. 331).
Tras la expulsión de los judíos en 1492, la sinagoga quedó en manos del señor y futuro duque de Híjar, manteniendo un uso religioso. Un documento del siglo XVI confirma la 'conversión' de la antigua sinagoga en la iglesia de San Antonio Abad: el testamento de 7 de febrero de 1517 del segundo duque de Híjar. En él se manda decir una misa en esta iglesia, que en tiempos pasados era sinagoga de judíos (Lasala, 1950). La adaptación del edificio supuso también la construcción de una nueva portada de estilo renacentista situada a los pies, que permitió el acceso directo desde la plaza.
Este edificio tiene adosadas varias viviendas particulares, tanto en sus laterales como en la fachada posterior. E inmediatamente a él, pero perpendicularmente, se dispone un arco de medio punto que da acceso a una estrecha calle.
El acceso a esta iglesia se hace por medio de un sencillo arco apuntado, flanqueado por dos grandes contrafuertes. A su izquierda se ve un arco de medio punto cegado, con su rosca decorada. Y sobre él, cobijada por un sencillo vano adintelado, se dispone una pequeña campana. Tanto el exterior como el interior están encalados.
Se trata de un edificio de una sola nave, cubierta con una interesante techumbre de madera, dispuesta sobre tres grandes arcos diafragmas apuntados. Tiene testero recto y su acceso -abierto en el siglo XX- se localiza en la fachada lateral.
La techumbre a dos aguas se apoya sobre cinco vigas horizontales -jácenas- que descansan sobre canes o zapatas decorados con modillones. Además de los arcos diafragma se disponen contrafuertes adosados a ellos y arcos de descarga en los muros perimetrales para permitir un espacio llamativamente diáfano. Esta tipología se utilizó con frecuencia en Aragón durante los siglos XIV y XV.
En este caso, lo original -dado que es una sinagoga- y lo que ha intentado localizarse desde el punto de vista arqueológico son los restos que identifican precisamente a una sala de oración de una sinagoga: la tevá o tribuna de madera desde la que el oficiante o hazán dirigía la oración y el hejal o tabernáculo que alberga los rollos de la Torá. Huellas de ambos se han encontrado en la sinagoga hijarana. El segundo de estos elementos, el hejal-localizado en el centro del muro meridional y enfrente de la tevá- está enfantizado y enmarcado por un alfiz de considerables dimensiones que presenta una bella decoración en estuco tallado. En este mismo muro meridional se han localizado también unas interesantes pinturas murales entres las que se ha podido identificar una menorá o candelabro de siete brazos.
Esta sala de oraciones o scola de la antigua sinagoga está incluida en la Red Europea de Patrimonio Judío. Se incluye entre las 16 mejores antiguas sinagogas que se conservan en Europa y es una de las mejor conservadas de Sefarad (actual España y Portugal), junto con las de Santa María la Blanca y del Tránsito en Toledo, la de Tomar, la de Córdoba y los restos arqueológicos de Lorca y Molina de Aragón.
La aljama de Híjar adquirió un considerable prestigio por ser pionera en la impresión en idioma hebrero, y por poseer artífices expertos en elaboración de pergaminos y encuadernación. Tuvo su propio horno, carniceros, baños o mikve y escuela talmúdica. Alcanzó un gran desarrollo económico durante la segunda mitad del siglo XV.
Fuente : Fundación Quilez Llisterri.
Hay datos erróneos, en la enciclopedia de Aragon existe una reproducción de San Vicente Ferrer predicando en la ermita de San Antón. Con lo cual, alguien miente.
ResponderEliminarParece ser que hay mucho interesado en que la sinagoga de Hijar, no sea tratada como tal, por los comentarios de muchas personas....
ResponderEliminarA mí también me da esa impresión
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